El envejecimiento del sistema inmune o inmunosenescencia, juega un papel importante en las diferentes patologías, implicando un desequilibrio entre factores pro y anti inflamatorios, despertando alarmas en la atención médica.
La inmunosenescencia repercute en los telómeros (como en otros tipos celulares). Los telómeros son secuencias de DNA que se sitúan al final de los cromosomas lineales, a estas secuencias se asocian ciertas proteínas.
Estos protegen al extremo de los cromosomas de fusiones y recombinaciones aberrantes, además son necesarios para la replicación del final de los cromosomas.
La telomerasa es la enzima implicada en la elongación de los telómeros. Los telómeros se relacionan con las siguientes funciones celulares: Mantenimiento de la estabilidad cromosómica formando estructuras que evitan la fusión de cromosomas o la actuación de mecanismos degradativos, evitando así la muerte celular y la pérdida de genes importantes para la vida de la célula.
La mitosis. O longitud de los telómeros es uno de los parámetros que determinan el número de divisiones de una célula y por tanto la duración de su vida.
La meiosis ya que facilitan el reconocimiento de cromosomas homólogos.
La activación o desactivación de la telomerasa influye en el desarrollo y el envejecimiento de los tejidos de un organismo.
La telomerasa juega un importante papel en alteraciones fisiológicas como el desarrollo de carcinogénesis o la infección por el VIH.
Se ha observado que existen factores genéticos relacionados con la longitud de los telómeros. Los científicos demostraron que los linfocitos tras activación, los niveles de telomerasa quedarán bajo control genético.
Características Generales de la Inmunosenescencia
Se ha estimado que durante una respuesta inmune típica, una célula virgen (nunca ha entrado en contacto con el Ag) experimenta del orden de 15-20 divisiones celulares para dar lugar a las células efectoras. Se ha visto que los telómeros de las células T CD4 de memoria son más cortos que los de las células T virgen, lo mismo ocurre con los CD8.
Por lo tanto el proceso de diferenciación celular implica acortamiento de los telómeros. En células B también se ha observado un acortamiento telomérico con la edad. La característica más importante de la inmunosenescencia es el deterioro de las células T causado sobre todo por la atrofia del timo. Con la edad se reduce el número de linfocitos circulantes. Además de esta reducción del número de linfocitos T y B, se produce una alteración en la generación de Igs y se reduce la afinidad de los Ab que se producen.
En células de la inmunidad innata también se ha observado un acortamiento de los telómeros.
La inmunosenescencia también implica un desequilibrio entre factores pro y anti inflamatorios, lo que conduce a un estado pro-inflamatorio crónico, este es uno de los principales problemas de la inmunosenescencia.
En esta Tabla se observa que existe una reducción de las células de la inmunidad innata (neutrófilos y monocitos), sin embargo hay un aumento de las células NK. Por lo tanto, con la edad se produce un deterioro de la respuesta humoral y celular.
Metilación Aberrante en Hepatitis C Crónica
Se ha estudiado el estado de metilación de ciertos genes expresados en hígado en pacientes con VHC y VHB, con el fin de estudiar los hepatocarcinomas. Parece ser que en los pacientes con HCC hay un aumento de la metilación (sobre todo en genes supresores de tumores), lo que participaría en el desarrollo de la neoplasia.
Además la infección por virus, sobre todo VHC acelera la metilación y consecuentemente el desarrollo de la neoplasia. Se ha observado como los pacientes con VHC presentaban hipermetilación en los loci estudiados, en relación con pacientes VHB+ y pacientes sanos.
Algunos de estos loci hipermetilados en pacientes VHC+ son: SOCS-1 (Supresor de la señalización de citokinas 1) and APC (adenomatosis polyposis coli, es un GST), p15 (GST, implicado en el ciclo celular). Además el VHC actúa como un agente mutágeno, que acelera el proceso de acumulación de mutaciones necesario para el desarrollo de cáncer. La importancia de estudiar los cambios epigenéticos es que son reversibles, por lo tanto estos pacientes podrían ser tratados.
Inmunosenescencia e Infección por HIV
Durante la imnfección por VIH se producen graves alteraciones de las células T. Estas alteraciones icluyen: la acumulación de células T CD8+ y T CD4+ altamente diferenciadas que han perdido la expresión del co-receptor CD28, las células T tienen baja capacidad proliferativa asociado con una disminución de la longitud de los telómeros y con cambios en la capacidad de secreción de citoquinas (en particular disminución en la producción de IL-2).
Además aumenta la susceptibilidad de que en la célula se activen las vías que llevan a la muerte celular. Se ha demostrado que las alteraciones de las células T presentes en pacientes con HIV son las mismas que presentan los individuos envejecidos. Con la edad, se produce la inmunosenescencia, que es el deterioro que experimentan las células T tras sucesivas rondas de activación a lo largo de la vida. En el caso de la infección por HIV la inmunosenescencia está acelerada por la persistencia del virus, que induce una activación crónica.
Las citoquinas a través de las vías de transducción de señal, regulan la supervivencia y proliferación de las células del sistema inmune. Las células dendríticas y otras células presentadoras de Ag producen citoquinas como IL10, 12, 15 y 4, que influyen a su vez en la diferenciación de las células T hacia Th1 o Th2. Durante la infección por HIV se altera la modulación Th1/Th2.
Existen estudios que proponen que la integración del VIH en el genoma (con la posibilidad de integrarse en regiones reguladoras) de las células puede implicar cambios epigenéticos y en consecuencia cambios en la expresión de distintos genes. Esto podría implicar alteraciones en la producción de citoquinas y en la patogénesis de la enfermedad. Además en linfocitos T CD4 con el virus latente, la transcripción del genoma viral está reprimida por des-acetilación de histonas mediado por histonas des-acetilasas.
El inicio de la transcripción está mediado por el factor NF-Kb, el cual conduce a la aparición de acetil-transferasas que desplazan a las desacetilasas. Implicando, finalmente la activación de la transcripción.