El presidente estadounidense Donald Trump afirmó el sábado que su “muy estricta” ofensiva contra la inmigración musulmana esta funcionando “muy bien”, en medio de una creciente resistencia a la medida, considerada discriminatoria.
En un decreto firmado el viernes, Trump suspendió el ingreso de refugiados por al menos 120 días e impuso estrictos nuevos controles durante tres meses contra los viajeros procedentes de Irán, Iraq, Libia, Somalia, Siria y Yemen.
“Está funcionando muy bien. Se ve en los aeropuertos, se ve en todas partes”, dijo Trump a los periodistas, luego que se impidiera a pasajeros procedentes de los mencionados países abordar vuelos con destino a Estados Unidos, desatando fuertes protestas en las terminales aéreas.
“Vamos a tener una prohibición muy, muy estricta y vamos a tener el análisis extremo que debimos haber tenido en este país desde hace muchos años”.
Los comentarios del mandatario se produjeron en momentos en que enfrenta su primer demanda contra las medidas, anticipando lo que será una dura batalla en los tribunales estadounidenses.
La querella fue interpuesta por la Unión estadounidense de Libertades Civiles y otros grupos luego de que dos iraquíes fueran detenidos en la noche del viernes en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York.
Varias protestas y detenciones se producían en aeropuertos estadounidenses tras la firma del decreto.
Por el momento no está claro cuantos viajeros se vieron afectados por las medidas de Trump, las que considera necesarias para evitar el ingreso de “terroristas islámicos radicales” a Estados Unidos.