Ya se están contando las votaciones en el estado de Nueva York. No hubo sorpresas: CNN proyecta que Donald Trump y Hillary Clinton ganarán las primarias en Nueva York.
Se trata de una importante victoria para Trump, que había tenido una mala de malos resultados y desaciertos con la opinión pública en las últimas semanas. También para Clinton, después de haber perdido ocho de las últimas nueve contiendas ante Bernie Sanders.
Trump destacó que «nadie puede ganar delegados si no es con votos» y dijo que «no nos pueden quitar una elección como intentan», en referencia al posible escenario adverso que enfrentaría si no consigue el número de delegados necesario para ser proclamado candidato antes de la convención republicana.
Clinton, por su parte, señaló que Trump y Cruz impulsan una visión de EE.UU. que divide y es peligrosa. «No vamos a construir muros, vamos a eliminar barreras».
«Vamos por un porvenir en que ningún niño tema ser discriminado o deportado», dijo la aspirante. «Finalmente promulguemos una reforma de inmigración», prometió.
Había 95 delegados en juego en la primaria republicana en Nueva York. En esta etapa de la campaña, cada uno de esos delegados importa. El aspirante ganador deberá sumar 1.27 delegados. Hasta el momento, Trump contaba con 767, seguido por Cruz con 553.
En el lado demócrata, 247 delegados estaban en juego el martes. Para ganar, el espirante demócrata debe acumular 2.383 delegados. Hasta el momento, Clinton cuenta con 1.835 (1.348 más 487 superdelegados) y Sanders tiene 1.1140 (de los cuales 40 son superdelegados).
A pesar de lo distintas que son sus candidaturas, Trump y Hillary Clinton están en una similar posición: esperanzados en ganar impulso luego de una serie de decepciones en otros estados.
Trump necesitaba desesperadamente un triunfo amplio en Nueva York, ya que, si Ted Cruz logra ganar un número significativo de delegados, le podría ser más difícil a Trump el obtener los delegados necesarios para asegurar la nominación antes de la convención republicana. Para Clinton, el desafío tiene más que ver con óptica: poner fin a la serie de triunfos del senador Bernie Sanders en el oeste y minar su narrativa de que él es el demócrata con más impulso.
Aunque Clinton sigue teniendo una considerable ventaja en delegados, la carrera de Nueva York se produce después de Sanders ha ganado ocho de las últimas nueve contiendas demócratas, algo que el senador de Vermont ha promocionado en varias ocasiones durante la campaña.
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