Ligeros refrescantes, no grasos y altamente concentrados en principios activos, los sérums constituyen un eficaz tratamiento antiedad. La textura más suave y fundente de la cosmética arrasa.
Si ya has cumplido los treinta y buscas un cosmético que aporte a tu piel el tratamiento que ésta necesita, sin engrasarla, lo has encontrado: ¡es el sérum! Desconocidos hace apenas una década, los sérums se han convertido en productos indispensables por muchas y contundentes razones. altamente concentrados en principios activos, resultan frescos, ligeros y fundentes y se adaptan sin problema a cualquier tipo de piel, en especial a aquellas que huyen de los productos más ricos. Se utilizan como cura puntual o como tratamiento diario, para hidratar, limpiar, maquillar, prevenir las manchas, combatir las arrugas…
De reciente incorporación las consumidoras han acogido con entusiasmo maquillajes, hidratantes corporales e incluso barras de labios en versión sérum, que inauguran una nueva categoría de producto. Hidratar la piel del cuerpo sin necesidad de esperar para vestirnos, que el maquillaje se transforme de verdad en una segunda piel y los labios disfruten del color sin sensación de ir pintados, supone un gran logro…
Alta tecnología
El objetivo de esta prodigiosa textura es conseguir los máximos beneficios para la piel, con una textura tan ligera que se absorba de inmediato sin dejar rastro. resultan excelentes en cualquier época del año, en especial en verano, sustituyendo a la crema habitual, pero, por lo general, se aplican antes del tratamiento habitual, salvo en las pieles grasas, que no precisan tratamiento posterior. Sus fórmulas son pura ingeniería cosmética; de hecho, unas gotas de sérum contienen la misma cantidad de activos que los que incorporan las cremas convencionales. Su reto, como el del resto de los cosméticos, es mejorar el estado de la piel a corto, medio y largo plazo, combatiendo problemas específicos: rojeces, deshidratación, manchas, arrugas…, también los hay más genéricos, como los hidratantes, desmaquillantes o maquillajes, cuyo principal objetivo es cumplir con la función para la que han sido creados, mientras aporta a la usuaria un plus de ligereza. Libres de aceites, su textura fluida y ligera proporciona a las pieles grasas una sensación refrescante, pero si tu piel es normal o seca, nunca sustituirán a la crema habitual, sino que se convertirán en el complemento ideal a la misma. Ten en cuenta que sus fórmulas no incluyen filtros solares; por tanto, antes de salir de casa, aplícate una crema que los contenga.
Altamente concentrados
en sus inicios aparecieron como un tratamiento de lujo: su alta concentración de activos hacía presagiar que iba a ser muy caro, pero hoy los precios se han democratizado, aunque, por sus características, siempre costarán más que las cremas. A cambio, sus fórmulas concentradas hacen que sólo necesites unas gotas en cada aplicación, pues si aplicas producto en exceso, la piel se satura y no lo aprovecha.
Cómo y cuándo usarlos
Según los expertos consultados, se recomienda utilizar los sérums de tratamiento (hidratantes, antiarrugas, lifting, etc.) a partir de los treinta años una vez al día, o dos si tu piel está muy deteriorada. Y desde los cuarenta, su uso es obligatorio mañana y noche antes del tratamiento habitual. en casos puntuales (pieles deshidratadas tras el verano, sensibilidad extrema en invierno…) se recomienda realizar una cura de ocho días.
Diferentes funciones
Cada fórmula responde a unas necesidades concretas, elige la tuya:
Hidratantes. Los más eficaces, sobre todo si entre sus principios activos incluye ácido hialurónico, potente hidratante natural.
Tensores. Combaten la flacidez y funcionan muy bien como tratamiento flash. Si los utilizas en sustitución de la crema antes del maquillaje para una ocasión especial, éste durará más tiempo inalterable. Una excelente opción es utilizar una ampolla de germinal con efecto flash que lleva ya maquillaje incorporado (en farmacias).
Energizantes. Combaten los signos de fatiga gracias a la inclusión en su fórmula de vitaminas, minerales y otras sustencias antioxidantes.
Antimanchas. Previenen su aparición reforzando las células para que éstas no se fotosensibilicen y alteren la producción de melanina. Además, disminuyen las manchas ya existentes gracias a la inclusión en sus fórmulas de ácido glicólico y salicílico, potentes borradores.
En maquillaje
Se acabaron las texturas densas en el maquillaje, hoy disponemos de sueros capaces de proporcionar color sin recargar la piel, una innovación que ha sido muy bien recibida por las mujeres y que crece sin parar.
fuente Tuestetica
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