Una explosión se presentó este jueves cerca de un tribunal en la ciudad de Esmirna, en Turquía, y dejó al menos dos personas muertas, un policía y un miembro del tribunal, además de varios heridos.
La policía de esa ciudad del oeste de Turquía abatió a dos de los atacantes y está buscando a un tercer sospechoso de haber activado el explosivo, según Anadolu.
Esmirna es un concurrido puerto del Mar Egeo y es la tercera ciudad más grande de Turquía, con más de 2 millones de habitantes.
Duro comienzo de año
Turquía todavía está conmovida por el ataque de Año Nuevo en una discoteca de Estambul, que dejó al menos 39 muertos. Según Anadolu, al menos otras 69 personas resultaron heridas, mientras el atacante sigue prófugo.
La policía ha detenido a 34 sospechosos, excluyendo a aquellos capturados en redadas este jueves, asegura la agencia de noticias.
ISIS se atribuyó la responsabilidad del ataque en un mensaje a través de Twitter, pero CNN no ha podido verificar de manera independiente esa información. El grupo terrorista afirma que llevó a cabo el peor ataque terrorista en lo que va del 2017.
Esta semana, el ministro del Interior Suleyman Soylu les dijo a legisladores de su país que las fuerzas de seguridad turcas previnieron 339 ataques terroristas en el 2016, 80 de ellos en el último trimestre del año.
En su discurso ante el Parlamento, Soylu citó los ataques de militantes del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), así como ataques del Daesh, el término en árabe de ISIS.
Según Anadolu, Soylu dice que «313 de esos incidentes fueron planeados por el PKK, 22 por Daesh y cuatro por grupos radicales de izquierda». En total, 247 explosivos improvisados y 61 carros bomba fueron incautados por la policía en 12 meses.
También reveló la captura de 23 presuntos atacantes suicidas, así como de 42 miembros de grupos terroristas que preparaban ataques.