El sexo oral es una actividad que tanto hombres como mujeres disfrutan y forma parte de una vida sexual saludable, aunque tampoco resulta obligatorio para sentirse satisfechos, la única regla es que ambos se sientan cómodos y seguros.
Tal como en el sexo por penetración, en el caso de los hombres, todo culmina con la eyaculación y hay quienes no tienen problemas para tragar el semen de su pareja, mientras que otros lo evitan.
¿Por qué el semen puede provocar dolor de estómago?
Cada persona es única y por eso su respuesta a estímulos ambientales y alimenticios difiere. Lo mismo ocurre con los fluidos seminales, hay quienes no tienen problemas en tragar, otros prefieren que su pareja no termine en su boca y un pequeño grupo sufre problemas estomacales tras dar sexo oral.
Si bien es posible transmitir enfermedades mediante este fluido corporal es probable que quienes sienten incomodidad estomacal tras tragar semen estén respondiendo a alguno de los más de 50 componentes presentes en el semen humano ya sean minerales, proteínas, lípidos, hormonas y vitaminas, entre otros.
Existe la alergia al semen la cual no necesariamente debe darse por contacto sino que en unos pocos casos puede darse solo al ser consumido presentándose con síntomas gástricos desagradables.
Espermatogénesis en el microscopio
Hay un componente específico del semen que en algunas personas se convierte en un verdadero laxante. Se trata de las prostaglandinas una especie de lípido que en casos aislados provoca contracciones musculares en el sistema digestivo.
Otra razón es tener una sensibilidad hacia cualquiera de sus componentes y considerando que hay 50 es bastante difícil determinar cuál, aunque si la persona presenta reacciones adversas a ciertos alimentos no está de más revisar qué componentes comparten con el semen.
No existe ninguna obligación para que el sexo oral incluya tragar el semen de la pareja sobre todo si es que provoca problemas físicos a quien debería estar pasando un buen momento y siempre hay formas creativas de darle un final placentero a esta forma de intimidad que según las estadísticas práctica el 80 % de los hombres y un 67 % de las mujeres.
