SANTO DOMINGO. La plataforma vial sobre la ría del Ozama que conduce al malecón desde el antiguo portal de San Diego, hoy reconocida como Avenida del Puerto, y la imponente muralla gris de hormigón armado que bordea la histórica fortaleza colonial por el mismo camino, son los dos elementos fundamentales -en plano horizontal y vertical- que le dieron en 1938 carácter y forma a la modernización del Puerto de Santo Domingo en el siglo XX. Sin ellas dos el nuevo puerto no hubiese sido posible.
El 15 de agosto de 1938, justamente cuando se cumplía el segundo cuatrienio de gobierno del presidente Trujillo, quedó inaugurado el puerto moderno de la ciudad primada, como la obra de mayor trascendencia del ejecutivo, por ser el centro de generación de trabajo de mayor importancia donde se desarrollaba gran parte del movimiento económico de la nación.
Su puesta en funcionamiento pasó a ser el primer gran eslabón del Estado dominicano para la liberación del endeudamiento económico, hecho materializado dos años después, en septiembre de 1940, con el tratado Trujillo-Hull. (Recordemos que la recepción de las aduanas en República Dominicana estuvieron administradas por el gobierno norteamericano desde 1905 a 1940 y que la la vía portuaria se identificaba con recinto de la U.S. Marine Corp.).
El Moderno Puerto Ciudad Trujillo (como inicialmente se denominó), cuyo diseño plantea el ensanchamiento de la costa del río y la conexión vía terrestre del borde occidental de la rivera del Ozama con el frente marino del malecón, resolvió de manera racional la falta de espacio para la actividad aduanal y la imagen del entrada marítima a la Ciudad en pleno siglo XX.
Es una extraordinaria obra de ingeniería naval, compuesta por una gran plataforma vial fundada sobre pilotes a orillas del río Ozama, con una extensión que va desde el legendario tronco de la Ceiba de Colón, al pie de la batería del Angulo; hasta la actual calle Arzobispo Meriño -donde empezaba el malecón – Paseo Presidente Billini.
En este nuevo tramo de ciudad denominado U.S. Marine Corp. se localizaron las instalaciones aduanales con el levantamiento de tres grandes naves de depósitos construidos en acero y hormigón armado, y un edificio para la Comandancia y las oficinas del Puerto. En la proyección del nuevo Puerto, construido por el ingeniero puertorriqueño Félix Benítez Rexach, fue incluida también la ampliación y remodelación de la antigua fortaleza colonial del siglo XVI, cuyos acantilados que la bordean quedaron colindante con la plataforma anexada sobre el río, y fue entonces deslindada con una imponente pared militar de hormigón armado, que sirvió de protección y modernización de la histórica perspectiva del farallón, el cual había quedado atrapado entre la avenida y las nuevas instalaciones portuarias.