Susan Schneider, la viuda de Robin Williams, rompió este martes el silencio acerca de los últimos momentos del malogrado actor, la enfermedad que padecía cuando se suicidó y aseguró que a consecuencia de ese padecimiento al también comediante solo le quedaban tres años de vida.
«Sé que hicimos todo lo que podimos», aseguró Schneider en una entrevista con Good Morning America (ABC). «Quiero que la gente lo sepa. Nadie, ninguna persona [podía hacer más]. Todos hicimos lo mejor que supimos. Esta es una enfermedad que es como un monstruo marino con 50 tentáculos de síntomas que se dejan ver cuando quieren. Es una guerra química en el cerebro [para la que no hay cura]».
Robin Williams se suicidó en su casa próxima a San Francisco el 11 de agosto de 2014 a los 63 años. El informe del forense indicó que padecía de una variedad de demencia difícil de diagnosticar que podría haber contribuido a su decisión de quitarse la vida, según ABC.
«Con suerte, a Robin le hubiesen quedado a lo mejor tres años. Y hubiesen sido unos años muy duros. Con probabilidad se le hubiese tenido que internar», explicó Susan Schneider, aunque resaltó que el protagonista de Mrs. Doubtfire nunca mostró ninguna tendencia al suicidio.
Sobre los últimos momentos que compartió con su esposo, contó que antes de despedirse para irse a su domicilio, ya que vivían en casas separadas, le ofreció darle un masaje en los pies, que ella rechazó. «Nunca olvidaré la mirada que tenía en sus ojos, triste [por haberle rechazado el ofrecimiento]».
«Luego me dijo ‘buenas noches, amor mío’ y yo le dije ‘buenas noches, amor mío'». Tras despedirse, esa fue la última vez que lo vio con vida.