En el 2014 Lupita Nyong’o fue nombrada por la revista People como la mujer más bella del mundo, algo que para la actriz hubiese resultado imposible de creer cuando era adolescente, época en la que no se consideraba bonita debido al color de su piel.
La ganadora del Oscar, quien engalana la portada de Vogue del mes de octubre, confesó a la publicación que debido a los estándares de belleza europeos que se promocionan en los medios masivos, no se sentía cómoda con el color de su piel.
La actriz luce radiante en la portada de la revista, donde aparece vistiendo un colorido traje de Chanel y un turbante negro. Asimismo el maquillaje que luce en la imagen ayuda a realzar su belleza natural. Otras fotografías que también aparecen en la revista, obra de Mario Testino, son igualmente espectaculares.
Fue el ascenso a la fama de la modelo sursudanesa Alek Wek, lo que ayudó a la artista de 33 años a superar las inseguridades que tenía frente al color de su piel, ya que nunca antes había visto a una mujer con una complexión similar a la suya ser alabada por su belleza. Eventualmente Lupita se dio cuenta que la belleza no está en el color de la piel, sino en la persona.
“No puedo huir de la persona que soy ni de mi complexión, o de la sociedad y cómo me perciben”, señaló.
Ahora que es conocida por todo el mundo y celebrada por su talento y belleza, la intérprete tiene muy claro el uso que le quiere dar a su fama.
“Quiero crear oportunidades para otras personas de color porque soy afortunada de tener la plataforma para hacerlo”, sentenció.