Olivia Wilde se enfureció esta semana con la gente en el metro de Nueva York.
La actriz, quien está embarazada de su segundo hijo, no tenía donde sentarse en es transporte público y absolutamente nadie se paró para darle el lugar.
La exestrella de la serie Dr. House reclamó en Twitter:
«No hay problema usuarios que aún tienen control de su cuerpo por no darle su silla a una mujer embarazada. Simplemente me quedaré parada justo al lado de sus cabezas rezando para iniciar trabajo de parto», escribió.
Algunos de sus seguidores se molestaron con su reclamo, y le aconsejaron a tomar un Uber de la próxima vez.