Después de varias complicaciones durante el embarazo, el parto Kim Kardashian fue también muy difícil.
Según TMZ, la socialité ha dicho que dar a luz a Saint West, fue la experiencia más dolorosa de su vida. Eso debido a que durante el parto, Kim sufrió de lo que se llama placenta adherida, una enfermedad grave que causa que la placenta se adhiera a la pared del útero, que a menudo puede causar sangrado e incluso la extirpación del útero.
De acuerdo con TMZ, el parto duró dos horas más de lo esperado, pero aún así, Kim continuó con el parto normal y se negó a hacer una cesárea, que se recomienda en estos casos, poniendo en riesgo su salud y la del bebé.