El uso de una pastilla diaria por parte de personas VIH-negativas, con el fin de evitar el contagio con el virus que causa el Sida, se ha convertido en uno de los temas más debatidos y controversiales dentro de la comunidad LGBT en los últimos años.
La píldora Truvada, aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA), como parte de un tratamiento de “profilaxis previa a la exposición” (PrEP, en inglés), ha demostrado proteger efectivamente contra el contagio del VIH.Sin embargo, a pesar de su efectividad y del enorme optimismo y esperanza que ha generado con miras a detener el avance de la epidemia de VIH/Sida, su uso ha provocado mucha polémica.Algunos detractores del medicamento creen que podría crear un falso sentido de seguridad, especialmente entre los más jóvenes, que podrían despreocuparse y dejar de utilizar otros métodos preventivos como el condón.
No obstante, expertos y activistas aseguran que, hasta ahora, ningún estudio ha comprobado que el uso de PrEP haya producido un aumento de la promiscuidad o de las relaciones sexuales más riesgosas y sin protección.“Hay estudios llamados ‘Compensación de Riesgo’ que han demostrado que, en realidad, el que exista esta pastilla ahora no va a incrementar el número de parejas sexualesque la persona tiene. No se ha aumentado el riesgo necesariamente”, dijo Bolívar Nieto, subdirector del Programa de Capacitación ‘Manos Unidas’ de la Comisión Latina Sobre el Sida.“Es lo mismo que pasó con la píldora anticonceptiva, que al presentarla se pensó que se iba a incrementar la sexualidad femenina y estudios demostraron que eso no sucedió”, agregó Nieto.
Hay gran desinformación
A la polémica que ha desatado el uso de PrEP, se le une el desconocimiento y la desinformación que existe sobre esta pastilla. Según una encuesta en internet realizada por Kaiser Family Foundation en 2014, sólo el 26% de los hombres gay dijo que había escuchado sobre PrEP.
La desinformación es especialmente preocupante dentro de la comunidad latina gay joven, uno de los segmentos de la población en mayor riesgo de contraer VIH.“No hay suficiente información en español. Hay ciertas campañas que se han traducido del inglés al español, pero no están específicamente dirigidas a la población latina”, dijo Luis Scaccabarrozzi, director de Política de Salud y Defensa de la Comisión Latina sobre el Sida.
“Quizás por eso es que no ha llegado esa información a la población que más la necesita porque las campañas no fueron creadas precisamente pensando en esa comunidad”, enfatizó Scaccabarrozzi.Según el experto, la falta de conocimiento sobre PrEP no sólo se nota en la población en general. Muchos doctores no conocen esta nueva herramienta de prevención contra el VIH o saben muy poco sobre la misma.
“Mucha de la desinformación no viene sólo de parte de las personas que necesitan PrEP, sino de los proveedores de servicios de salud y educadores comunitarios. Hay que cambiar los conceptos que se tienen sobre esta medicina”, dijo Scaccabarrozzi.Precisamente, para llenar este vacío de información, la Comisión Latina sobre el Sidalanzó en enero de 2015 la campaña nacional “PrEParándonos”, la cual busca resolver tres problemas fundamentales: la poca accesibilidad, la disponibilidad y la aceptabilidad que existe sobre esta medicina.
Además de ampliar el conocimiento general sobre Truvada, la campaña “PrEParándonos” busca cambiar las políticas públicas para incrementar el acceso a este medicamento por parte de las comunidades que la necesitan. “Hay que trabajar con los departamentos de salud locales, las compañías de seguro y las farmacéuticas, para hacer que el acceso sea más fácil”, dijo Scaccabarrozzi.Por su parte, Bolívar Nieto agregó que la iniciativa también busca reducir el estigma que existe sobre el uso de PrEP y otras barreras que afectan a la comunidad gay latina, una de las más impactadas por la epidemia del VIH/Sida.