A casi dos años de la muerte de la comediante Joan Rivers, su familia familia ha llegado esta semana a un acuerdo con los médicos que la atendieron cuando falleció tras acudir a una clínica para un procedimiento de rutina.
La actriz de 81 años sufrió un paro cardíaco en agosto de 2014 en una clínica de Nueva York del que acabó falleciendo en el 4 de septiembre en un hospital de la Gran Manzana.
En consecuencia, su hija Melissa Rivers entabló una demanda contra el centro médico en enero de 2015 por considerar que el fallecimiento se debía a la negligencia de los profesionales que atendieron a su madre.
Casi un año y medio después, el pleito llegó a su fin gracias a un acuerdo entre las partes. «La demanda concerniente a la muerte de mi madre ha finalizado», anunció Rivers, de 48 años e única hija de la comediante, en un comunicado colgado en Facebook. «Ya puedo dejar atrás los aspectos legales de la muerte de mi madre y asegurarme de que aquellos que son responsables de su muerte hayan aceptado su responsabilidad por las acciones de forma expedita y sin equívocos».
En la demanda se cita a la otorrino Gwen Korovin y la anestesióloga Renuka Bankulla, además de otros dos anestesiólogos y el exdirector de la clínica Lawrence Cohen.
En su mensaje en la red social, Rivers señaló que ha logrado ocupar el vacío dejado por su progenitora «con otras cosas, como pesar, rabia, miedo y Xanax», además de nuevos proyectos profesionales como el programa Fashion Police (E!) o la escritura de libros.
«Lo único en lo que no he trabajado es en mí misma», agregó.