El té de menta, además de ser una exquisita infusión, es excelente para cuidar la buena salud del organismo.
Calma la indigestión
La menta tiene la propiedad de ser un excelente carminativo que ayuda a aliviar el dolor en el tracto digestivo, permitiendo que los gases pasen a través del estómago y los intestinos luego de haber comido. Además, promueve el flujo de la bilis para que el cuerpo digiera los alimentos más fácilmente.
Alivia el estrés
Cuando se trata de estrés y ansiedad, uno de los mejores remedios es beber té de menta. El mentol que se encuentra naturalmente presente en la infusión es un relajante muscular que inclusive puede llegar a inducirte a tener un sueño mucho más tranquilo y profundo.
Pérdida de peso
El té de menta también contribuye con la pérdida de peso, pues actúa como supresor del apetito. Si lo bebes junto al té verde, podrás ayudar a tu metabolismo a acelerarse.
Estimula el sistema inmune
En los días de invierno, cuando el cuerpo es más vulnerable a sufrir de gripes o resfríos, una excelente solución es beber té de menta, pues contiene grandes cantidades de calcio, vitamina B y potasio. Además, alivia los síntomas de la enfermedad e impide que esta aumente.
Elimina el mal aliento
Si tienes mal aliento, ya sea por problemas dentales o estomacales, para mejorarlo puedes beber una taza de té de menta ya que de esta manera ayudarás a tu organismo a librarse de esos síntomas que pueden llegar a ser muy incómodos o embarazosos.
Precauciones el beber el té de menta
A pesar de sus bondades, el té de menta no puede ser bebido por cualquier persona, pues algunas enfermedades o trastornos pueden agravarse, tal es el caso del reflujo ácido. Las embarazadas deben tener cuidado al beberlo, ya que causa que el útero se relaje, lo que puede llegar a provocar un aborto espontáneo. Tampoco es aconsejable hacerlo durante la época de amamantamiento, porque sus compuestos pasan a través de la leche materna y son muy peligrosos para el bebé.