El líder de U2, Bono, quien se encontraba en Niza cuando ocurrió el atentado terrorista de la semana pasada, tuvo que esconderse en un restaurante durante el sangriento ataque.
El cantante compartía alegremente con un grupo de amigos en la terraza del restaurante La Petite Maison, cercano al paseo marítimo de la localidad francesa escenario del atentado, cuando vieron a un grupo de personas correr despavoridas. “Fue un pánico silencioso”, explicó Anne-Laure Rubi, dueña del establecimiento, que enseguida cerró las puertas y las ventanas. Rubi contó que todos se escondieron durante media hora, hasta que agentes de la policía llegaron al lugar y los trasladaron a otro lugar.
El atentado perpetrado por un conductor que envistió con un camión a la multitud que celebraba el día de la Bastilla, la fiesta nacional francesa, le costó la vida a 84 personas y dejó decenas de heridos.