¿Qué mujer se negaría a tener la piel suave, limpia y joven? ¡Ninguna! Una de las formas de lograrlo es a través de una limpieza profunda seguida de una buena exfoliación.
La exfoliación es el paso en nuestra rutina de belleza que nos ayuda a purificar y renovar la piel, porque elimina las células muertas e impurezas que se acumulan en la capa superior. Puedes exfoliar tu piel de dos maneras: una, con crema exfoliante que compras en tu farmacia o salón de belleza, y otra con métodos naturales que puedes preparar en tu casa. El método de usarlo es el mismo.
Exfoliación paso a paso:
1. Limpia tu rostro con una loción o gel de limpieza para cutis, de acuerdo a tu tipo de piel. Enjuaga con agua tibia.
2. Con la piel húmeda, aplica un poco de crema exfoliante o tu exfoliante casero en tu rostro.
3. Expande el producto en tu rostro haciendo movimientos circulares, con un poco más de fuerza (¡pero apenas!) sobre frente, nariz y barbilla, y con más suavidad en áreas más sensibles como las mejillas.
4. Enjuaga con agua tibia.
5. Aplica tu crema hidratante habitual… ¡y disfruta de una piel suave y radiante!
Si tienes alguna duda, lee las instrucciones de tu crema exfoliante que te seguramente te explica cómo usarlo.
¿Cuándo exfoliar la piel?
Con la exfoliación notarás al instante que tu piel estará visiblemente más limpia, súper suave y radiante. Pero ¡ojo! No te tientes y exfolies tu piel más de lo necesario porque puedes dañarla. Ten en cuenta que la exfoliación es una suerte de pulido de la piel y que si lo haces en exceso puedes lastimarla.
Lo ideal es exfoliar la piel una vez por semana si tienes piel seca y dos veces por semana si la tienes mixta o grasa.
¿Para qué exfoliar?
Como te contaba al principio, la exfoliación es el procedimiento que limpia «de verdad» nuestra piel y la renueva. Si bien la limpieza de cutis diaria es muy importante y parece suficiente para tener la piel linda, con la exfoliación nos aseguramos una limpieza profunda, porque remueve las células muertas acumuladas a las que la loción de limpieza no llega. Si no eliminas estas impurezas y células muertas, tus poros se pueden obstruir con más facilidad y así te pueden salir más puntos negros y manchas en la piel.
Por naturaleza, nuestra piel genera una nueva capa cada dos o cuatro semanas. Cuando este ciclo se completa, las células viejas y muertas se desprenden y se acumulan en la superificie. Con la exfoliación, entonces, las retiras de tu piel y das paso a la capa nueva y radiante.
Consejos para no olvidar
Cuando exfolies la piel de tu rostro, procura usar cremas exfoliantes para rostro. Las exfoliantes para todo el cuerpo pueden resultar demasiado fuertes e irritar la piel sensible del cutis.
La limpieza y exfoliación hacen que la piel se seque un poco. Por ello, aplica siempre crema hidrantante luego de exfoliar.
fuente Imujer