Durante el embarazo, los problemas de sueño suelen deberse a las agujetas, los dolores de espalda, una respiración más difícil, la molestia del vientre y también las angustias. La noche puede hacerse eterna. Si pasas varias noches durmiendo poco por culpa de los dolores, no dudes en consultarlo con nuestro médico o ginecólogo.
Factores que perturban el sueño
Hay muchos factores que pueden Perturbar el sueño de una embarazada.Por un lado, si se sufre agujetas a nivel de las piernas, debemos estirar los músculos de las pantorrillas antes de meternos en la cama y por la mañana, al despertarnos, conviene repetir la misma operación. De esta forma conseguimos disminuir la frecuencia de los dolores. Aumentar el consumo de calcio y de potasio puede igualmente ayudarnos a aliviar estas molestias. Es importante dejarse ayudar por nuestra pareja para distender los pies y tobillos cuando el dolor aparezca, ya que puede ayudar a disminuir su intensidad.
En cuanto a los dolores de espalda, tienen varias causas aparentes. Utilizar una faja para el mantenimiento abdominal durante el día, así como un cojín debajo del vientre puede aliviar el dolor. Durante la noche, el mejor método es el de poner un almohadón entre las piernas con el fin de reducir las sensaciones de incomodidad.
Los problemas de respiración pueden aparecer en cualquier momento durante el embarazo, pero muchas mujeres los resienten a lo largo del tercer trimestre. Se deben usar almohadas para mantener erguido el cuerpo en la cama, o dormir en el salón en un sillón reclinable.
Las inquietudes con relación al embarazo, la salud del bebé, la próxima ecografía, el trabajo, el hecho de ser madre, son perfectamente normales. Debemos intentar participar en clases preparatorias al parto con el fin de reducir el estrés. También podemos escribir una lista de cosas que nos resuenan en la cabeza antes de acostarnos, con la finalidad de no darle vueltas en la cabeza durante el sueño.
Consejos para combatir el insomnio
Con el fin de Combatir el insomnio se puede establecer un ritual relajante para ayudarnos a descomprimirnos y distendernos tras una dura jornada. Leer un libro, beber una infusión de manzanilla, reducir el consumo de líquidos después de las 19 h, darnos un masaje en el cuello, los hombros, la espalda o los pies, tomar un buen baño caliente… Esas son algunas de las opciones, pero cada persona es un mundo, así que elige lo que más te relaje.
Es importante mantenerse activa durante el día, pero sin exagerar. Un ejercicio regular como la natación, la caminata o el yoga prenatal contribuyen a mejorar la calidad del sueño, y además es un buen hábito para recuperar la forma después el parto.
En resumen, es importante detectar lo que perturba el sueño y trabajar para mejorar la situación. Después de esto, podemos trabajar otros puntos flojos, pero sobretodo, no intentes cambiarlo todo enseguida.
Fuente Imujer