Cuidar a su familia es lo más importante para un hombre, pero también debe recordar que otra tarea fundamental es estar pendiente de su salud.
Después de los 30 años, la próstata, glándula situada debajo de la vejiga y responsable de producir parte del semen que contienen los espermatozoides, junto con la vesícula seminal y los testículos, empieza a crecer, sin importar si tiene vida sexual activa o no, aunque sí la herencia, en caso de que el padre haya tenido problemas prostáticos.
«La testosterona en los testículos genera ese crecimiento y es crónico y progresivo», explica Félix Soriano, cirujano urólogo, radicado en México. «Durante el crecimiento que presenta la próstata, ésta puede tomar dos caminos: sigue creciendo por la edad o por un cáncer, y los síntomas en ambos casos son los mismos».
«Al crecer hacia afuera y hacia adentro, al flujo de la orina que viene de la vejiga le cuesta trabajo salir, además hay goteo terminal o el paciente empieza a sentir nicturia, que es cuando se levanta constantemente a orinar en la noche, pero en pequeñas cantidades», detalla el especialista.
Incluso se puede llegar al punto de un tipo de incontinencia paradójica, explica, pero no es que el paciente se esté orinando, sino que la vejiga es como un tinaco lleno que vence al esfínter y derrama la micción. «De hecho, hemos vaciado pacientes con más de un litro y medio de orina por un crecimiento prostático y no sienten malestar», afirma.
¿Por cáncer o por edad?
Para detectar si el crecimiento de la próstata es por la edad o cáncer existen varios métodos. El primero es determinar que el antígeno prostático no esté arriba de 4 nanogramos, un número mayor delata posiblemente un cáncer.
Realizar un eco para revisar el tamaño de la próstata (debe ser como una nuez y pesar entre 20 y 30 gramos; a veces 40), y que la vejiga no presente orina residual en más del 20%, porque significa que hay obstrucción para su salida debido a un crecimiento prostático u otro padecimiento.
«Otra forma de detección es por tacto en la parte posterior de la próstata, el sitio principal donde se acentúa, a través del examen dígitorectal o exploración», advierte el Dr. Soriano. «Cuando es cáncer se siente una bolita dura; un tumor benigno se palpa más suave, mientras que una próstata sospechosa es rugosa y se tiene que someter el paciente al antígeno prostático y el eco, para descartar un tumor».
Los exámenes se recomiendan a partir de los 40 años, aunque a veces los más jóvenes enferman de prostatitis, una infección de la próstata y un paso para que sufran crecimiento de esta glándula, pero esta patología tiene tratamiento médico.
Si el crecimiento de la próstata es por edad, que afortunadamente es el de mayor porcentaje, comparte Soriano, se prescribe un tratamiento a base de alfabloqueadores o medicamentos que logran que la próstata pueda relajarse o se empuje hacia ambos lados de la cápsula en donde está ubicada, y el paciente pueda orinar.
Tratamiento
«Este tratamiento no evita que siga creciendo, sólo mejora los síntomas», subraya. «Hay ciertos medicamentos que sí disminuyen el crecimiento, pero se tienen que tomar mínimo tres o cuatro años, aunque el inconveniente es que baja la potencia sexual».
Si después de algunos meses no mejoran los síntomas, es decir, el paciente continúa pujando para orinar o presenta infecciones repetitivas, y en el ultrasonido no desaparece la orina residual, hay que pasar a otra etapa para evitar complicaciones mayores que pueden llegar hasta la insuficiencia renal.
Para atacar el crecimiento de próstata tanto por edad como por cáncer, Soriano recomienda la técnica quirúrgica más nueva: enucleación prostática con láser holmium.
Para saber
La próstata tiene dos lóbulos, izquierdo y derecho, y a veces es tanto su crecimiento que aparece otro y se le llama tribular.
Con la enuclación prostática con láser holmium se eliminan los tres lóbulos y sólo queda la cápsula prostática.
Los exámenes de detección de crecimiento de la próstata por cáncer o por edad (antígeno prostático, ultrasonido y tacto rectal) se recomiendan a partir de los 40 años.
Cuando el crecimiento es por edad, a veces se presentan cálculos vesicales, lo que provoca dificultad para orinar.
Un porcentaje muy alto de la población acude al urólogo cuando ya presenta metástasis por cáncer de próstata, esto debido a la falta de cultura de la prevención.
El cáncer de próstata se dirige hacia los huesos, generalmente de la columna, y el paciente se vuelve anémico; hay fracturas, mucho dolor, deja de caminar, y las complicaciones se extienden al hígado, ganglios, pulmones y cerebro.
Aunque el médico de primer contacto pueda detectar el antígeno prostático, el paciente debe acudir con el urólogo para asegurarse que el crecimiento de la próstata no es por cáncer.
El examen por tacto rectal es necesario cuando el antígeno prostático es sospechoso y el eco señala que hay una induración en la próstata y se requiere saber si es de aspecto benigno o maligno.
Entre más sexo, menos problemas de próstata, porque se están liberando los fluidos prostáticos y se evitan infecciones.