La diabetes gestacional afecta en torno al diez por ciento de los embarazos. De hecho, es la complicación más habitual entre las gestantes. Si bien es una patología a la que se le debe prestar especial atención, actualmente existen protocolos para su temprano diagnóstico durante el embarazo y siguiendo los consejos médicos se puede mantener en niveles saludables.
Su relevancia y la necesidad de controlar esta diabetes se basa fundamentalmente en las complicaciones que puede acarrear al feto, desde el sufrimiento fetal a las complicaciones en el parto debido al incremento de peso del bebé por encima de la media.
El diagnóstico de la diabetes gestacional se realiza entre las semanas 24 y 28 mediante el test de O’Sullivan. Se trata de someter a la embarazada a una cantidad concreta de glucosa (50 gr) y valorar posteriormente su presencia en sangre. Cuando esta prueba indica valores alterados, se realiza otra para probar la curva de glucemia tras ingerir 100 gramos de glucosa y que ofrece resultados definitivos de diagnosis.
Los factores de riesgo en este caso son ser mayor de 30 años; tener sobrepeso u obesidad, especialmente si se sube de peso de forma desmesurada en el embarazo; tener familiares directos con diabetes o haber tenido diabetes gestacional en el embarazo anterior. Además, las adolescentes y jóvenes menores de 19 años también tienen más posibilidades de desarrollar diabetes durante el embarazo.
Así, el sobrepeso y la vida sedentaria dos de los factores que pueden hacer aparecer este tipo de diabetes que, por lo general, desaparece tras el parto, por lo que cabe destacar que mantener una dieta equilibrada y realizar ejercicio moderado siempre y especialmente durante el embarazo puede ayudarnos a esquivar esta complicación.
Una vez que aparece, el control debe hacerlo el personal sanitario y son ellos los que han de establecer las pautas alimenticias que ha de seguir la gestante para que tanto ella como el feto reciban todos los nutrientes necesarios manteniendo la glucosa en niveles adecuados. Nunca se debe realizar dieta en el embarazo sin seguimiento médico especializado.
La mayoría de las embarazadas con diabetes gestacional solucionan este problema siguiendo las indicaciones médicas, que se basan en una dieta en la que se reduce la ingesta de hidratos de carbono, ya que se metabolizan en glucosa y de azúcares, y en ejercicio físico. Tan sólo unas pocas requieren de fármacos para controlarlas.