El albaricoque o albérchigo es originario de China, Japón y de todas las regiones templadas de Asia, pasó a Armenia y luego a los pueblos del Mediterráneo con las expediciones de Alejandro Magno. Griegos y romanos apreciaron el albaricoque aunque fueron los árabes quienes lo hicieron llegar a España y los conquistadores lo llevaron a América. Se conoce su cultivo hace 5.000 años y la medicina popular le atribuyó una serie de funciones en beneficio de la salud.
Unos 9g. de carbohidratos sobre todo sacarosa, un poco de glucosa y sorbitol, muy pocas proteínas (0,90) y apenas grasas (0,10g.), muchas fibras (3 g. de pectina soluble), destaca por su contenido en potasio (300 mg), magnesio (2mg.) y hierro, calcio vitamina A en forma de betacaroteno (1,6 mg), un poco de C (11 mg.), grupo B y ácido fólico, y E (0,60 mg.), ácidos orgánicos cítrico y málico y cumarinas. Aporta apenas 40 calorías. Los albaricoques secos llamados orejones son muy ricos en betacarotenos, calcio, magnesio y potasio y también en calorías (200). El albaricoque en lata es muy rico en azúcares (40-50 g por 100 g.) pero por acción del calor ha perdido las vitaminas hidrosolulbles C y provitamina A.
Prevenir con albaricoques
Fruta excepcionalmente rica en betacarotenos de donde deriva su bello color amarillo intenso, éstas vitaminas y la pectina de sus fibras protegen de enfermedades degenerativas como diabetes, cataratas y cáncer. Remineralizante, nutritivo, considerado como un tónico físico e intelectual, es antidiarreico y a la vez ligeramente laxante, diurético por su riqueza en potasio protege a los hipertensos. Es equilibrante del sueño y del sistema nervioso y protege la piel gracias a su provitamina A.
Todas estas cualidades y la presencia de las vitaminas antioxidantes A, C y E, indican que debe estar de forma destacada entre las frutas-salud. Los orejones como otros frutos secos (higos, uvas pasas) son excelentes para luchar contra el estreñimiento crónico y cáncer de colon, y ayudan contra las anemia ferropénica por su riqueza en hierro.
Cosas: Las personas de estómago delicado deben tomarlos muy maduros y sin piel y los hepáticos consumirlos con moderación.
Mejor lavarlos bien el chorro de agua para eliminar productos de tratamientos químicos. Deben estar muy maduros porque su pulpa es dulce y delicada. Se recomiendan a los obesos porque son poco calóricos y tienen buen potasio. El hueso del albaricoque contiene amigdalina un tóxico que produce ácido cianhídrico. Contienen mucho ácido oxálico, que combina con el hierro y el calcio y forma cristales de oxalatos, por tanto para las personas con cálculos biliares y renales de oxalato los albaricoques son poco convenientes.