El miembro más joven de la realeza británica recibió el primer sacramento.
El Príncipe George fue bautizado…
La tarde de este miércoles, los conmovidos Príncipe William y Kate Middleton presentaron oficialmente a su hijo ante Justin Welby, el arzobispo de Canterbury, para despojarlo así del pecado original en una sencilla ceremonia que duró 45 minutos aproximadamente.
El lugar elegido para la ceremonia fue la capilla de St James, lugar que guarda muchas historias de la realiza británica, pues allí es donde se despidió a Lady Di a cuerpo presente.
Un coro conformado por 10 niños vestidos de rojo y dorado, que fueron elegidos por los propios Duques de Cambridge, tuvieron a su cargo el acompañamiento musical de la ceremonia al bebé real.
Como era de esperarse por como nos tienen acostumbrados William y Kate, la ceremonia rompió toda clase de protocolos. Ni el escenario ni los padrinos elegidos por los Duques de Cambridge se ajustan a las centenarias costumbres de la Familia Real inglesa.
El príncipe George vistió una réplica del largo faldón de cristianar, blanco con adornos en color perla, utilizado en los bautizos de todos los niños de la Familia Real inglesa en los últimos cien años. El vizconde James, segundo hijo de los Condes de Wessex, estrenó en 2008 la nueva versión del delicado y ya deteriorado original, encargada por la propia Reina Isabel II a su ayuda de cámara, Ángela Kelly, y al grupo de modistas del Palacio de Buckingham.
El Príncipe William vistió traje oscuro con corbata azul celeste, muy parecida a la que llevó el Príncipe Carlos cuando lo bautizó. Mientras que Kate Middleton deslumbró con un traje de Alexander McQueen color crema, con el que pudimos ser testigos de su perfecta condición física.
La lista de 60 invitados se ajustó a la familia más cercana y los íntimos amigos de la pareja. Fueron testigos del bautismo del príncipe George los miembros de mayor rango de la Familia Real inglesa, los Middleton y el círculo más próximo de amistades.
