Ahí se explica que “por $5,000 el acusado o uno de sus asociados podían tener relaciones sexuales con la niña que eligieran”. Los encuentros sexuales ocurrieron en el rancho del Chapo, en Sinaloa.
Según Cifuentes, tras ser seleccionadas, las menores eran llevadas hasta la propiedad del capo y que ahí él le había ordenado echar “una sustancia en polvo” a las bebidas que les ofrecían para aturdirlas y luego abusar de ellas.
El testigo asegura que Guzmán llamaba a sus víctimas “sus vitaminas”, pues creía que “tener relaciones sexuales con menores le daba ‘vida’”.
Según el mencionado documento, dicho testimonio no se considera “relevante” hasta la fecha en el caso de Guzmán, quien está acusado de encabezar una enorme y sangrienta red criminal de narcotráfico que le permitió amasar una fortuna de $14,000 millones.
En el mencionado documento -que tien fecha del 25 de noviembre- se decía que “El gobierno no planea obtener ni introducir testimonios relacionados con dichos eventos”.
Al ser revelado públicamente este fin de semana el documento generó una fuerte reacción de parte de los abogados del Chapo quienes han negado las declaraciones de Cifuentes.
“Joaquín niega los alegatos”, exclamó Eduardo Balarezo, uno de los abogados del Chapo en un comunicado emitido el sábado y revelado por The New York Times. “[El testimonio] carece de corroboración y se considera poco fiable para ser presentado en un juicio”.
“Es lamentable que este material se haya liberado públicamente antes de que comiencen las deliberaciones”, continuó Balarezo, en referencia al proceso del jurado que dio comienzo este lunes. Ahí se decidirá la suerte del capo, quien de ser encontrado culpable podría pasar el resto de sus días en prisión.
Fuente