Una vez más, Kim Kardashian se dejó ver con su hija, North West, pero ahora fue para una ocasión nada festiva… el adiós a un pariente.
La estrella llevó este sábado a «Nori», de dos meses, al funeral del abuelo de Kanye West, Portwood L. Williams, en Oklahoma.
Kim, vestida obviamente de negro, cargó a North en sus brazos y la cubrió con una mantita gris, mientras acompañaba al músico en este triste momento familiar.
Mientras tanto, en Los Ángeles el resto de la familia Kardashian celebraba a Kylie Jenner, quien cumplió sus 16 años. Y, aunque Kim no pudo estar a su lado, se dice que le envió a su hermanita menor un mensaje de felicitación por video.
La visita de Kim y Kanye a Oklahoma fue corta, ya que regresaron al día siguiente a la costa oeste, para ahora sí acompañar al resto de los Kardashian en su típica cena familiar.