La familia, su círculo más íntimo y sus compañeros de los Marlins le dieron este jueves el último adiós en un funeral privado al pelotero José Fernández, un día después de su multitudinaria despedida en las calles de Miami, que lo tenía como uno de sus hijos favoritos.
La iglesia católica de St. Brendan, donde se oficiaron las exequias, se llenó por completo para arropar a los familiares del joven cubano fallecido el domingo de madrugada en un accidente de bote junto a dos amigos.
Su novia María Arias, embarazada de cuatro meses de una niña, llegó llorosa a las honras fúnebres y se sentó al lado de Maritza y Olga Fernández, la mamá y abuela del pelotero de 24 años.
En los bancos de la iglesia también se podían ver al dúo Gente de Zona, Glorida Estefan y Marc Anthony, quien estaba acompañado del presidente de los Miami Marlins, David Samson.
Varios de sus compañeros en el equipo de béisbol recordaron con anécdotas la carismática figura del lanzador, que estaba destinado a ser uno de los mejores pitchers de las Grandes Ligas. Ahí se supo que tenía pensado ponerle Penélope a la pequeña que está en camino.
Los amigos y familiares que portaron su féretro iban ataviados con un uniforme de los Marlins con el número 16, el que llevaba Fernández en el montículo cuando salía a deslumbrar con su dominio de la pelota.
El ambiente íntimo de esta despedida contrasta con el adiós que miles de fans le dieron el miércoles en las calles de Miami al paso de su féretro, que del estadio de los Marlins en la Pequeña Habana fue a la Ermita de la Caridad, centro espiritual de los cubanos de la Florida, y luego a St. Brendan.