Puede que cuando lloramos, estemos mostrando al mundo y a nosotros mismos, nuestro lado más débil. Sin embargo, aunque la tradición diga todo lo contrario, indicándole a los hombres que no deben llorar, por ejemplo, está comprobado que llorar es un gran remedio para la salud. Hoy te contamos las razones de que esto sea así.
Estrés y sentirnos humanos
Cuando lloramos, nuestro estrés disminuye. Puede que la ansiedad sea el síntoma más claro justo en el momento del llanto, pero tras finalizar, la sensación de estar mucho mejor se debe a que buena parte de los signos del estrés han desaparecido. ¿Te has fijado en ello alguna vez?
Pero es que además, llorar no solamente es bueno para la salud, sino que nos hace sentir humanos. Y al fin y al cabo, equivocarnos, pasarlo mal y tener que admitirlo o consolarnos es algo propio de nuestra especie.
Presión arterial, manganeso y toxinas
El gesto de llorar en sí mismo tiene muchos beneficios para nuestra salud, y también por ello, después de llorar, nos sentimos mejor. Así, con el acto de llorar, nuestra presión sanguínea disminuye, y por eso tenemos después la sensación de alivio. Pero no ocurre solamente eso, llorando también eliminamos toxinas y nos deshacemos del manganeso, un mineral que afecta de forma considerable a nuestro humor.
Cuando lloramos nos sentimos mal. Pero también es cierto que después de llorar, hay una especie de sentimiento de alivio por haber sacado fuera de nosotros todas esas penas.