La artrosis cervical es la localización de la artrosis a nivel de la columna vertebral, entre las tercera y la séptima vértebra. Es el gran problema de las personas mayores, pero también puede aparecer en personas jóvenes y deportistas. Se observa que, en algunos casos raros, la artrosis puede aparecer en gente más joven, pero su incidencia es idéntica en ambos sexos.
¿Qué es la artrosis cervical?
La artrosis cervical aparece normalmente hacia los 45 años en un 60% de los casos, y un 85% de los mayores de 65 años sufren este problema. La participación de una causa genética no se puede dejar de lado. Por supuesto, los traumatismos repetidos a nivel del cuello o de la nuca son un factor favorecedor. En la artrosis, el juego articular se ve bloqueado porque el cartílago se desgasta, impidiendo el correcto deslizamiento de los dos huesos que componen la articulación.
Se debe normalmente a un desequilibrio entre la parte lisa del hueso y su reconstrucción. Cuando la velocidad de esta última es más lenta, el hueso se hace esponjoso, se fragiliza, se hace hueco y termina desapareciendo. La artrosis en este caso es inevitable.
La artrosis cervical es una enfermedad muy molesta, ya que limita al sujeto en sus movimientos, particularmente a nivel de la cabeza y de los brazos.
Síntomas frecuentes de la artrosis cervical
Los movimientos articulares se hacen dolorosos por culpa del roce directo entre los huesos. El nivel de afectación vertebral determina la localización de los dolores, de sus extensiones y de las manifestaciones parestésicas, tales como neuralgias cervicobraquiales. También se observan algunos dolores de cabeza de intensidad moderada a severa, acompañados o no de vértigos.
En función del tipo de lesión que afecta a la articulación y al grado de extensión de la artrosis, el individuo puede presentar un hormigueo o entumecimiento del miembro inferior. Las manifestaciones son bilaterales si la lesión afecta a las raíces nerviosas de los dos lados de las vértebras afectadas. Son unilaterales si la afectación se encuentra en un solo lado.
Unos análisis complementarios, además del análisis clínico, suele ser necesarios para confirmar un diagnóstico de artrosis cervical y descartar las otras causas posibles del dolor cervical.
El frío es el gran enemigo de la artrosis, puesto que agrava el dolor. El descanso de la articulación afectada es necesario en caso de crisis.
Fuente Imujer