El hongo maitake (Grifota frondosa) comestible crece en Japón y durante siglos se ha apreciado por su sabor delicado y agradable. La cultura oriental lo valora hace más de 2.000 años y se llama “hongo bailador” porque cuenta la leyenda que cuando los buscadores de setas lo encontraban, se ponían a danzar de alegría. En los años 80 del siglo pasado, los investigadores japoneses quisieron saber que había de cierto sobre sus propiedades medicinales y encontraron que era cierto que el Maitake contiene muchos polisacáridos que refuerzan la función inmune de defensa del organismo, expresada particularmente en la defensa antitumoral.
Los estudios llevaron a una fracción de polisacáridos llamados beta-1,6 y beta 1,3 glucanos, una proteína capaz de estimular macrófagos y leucocitos, y como se publicó en Molecular Urology-2001, se puede producir la apoptosis de las células de cáncer de próstata con los betaglucanos del hongo Maitake. Su mecanismo antitumoral debe ser complejo, disminuye el daño sobre el ADN, reducen concentraciones carcinógenas, estimula el sistema inmunológico, disminuye la fracción LDL “colesterol malo”, es una ayuda en la inhibición viral del VIH y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Y todo ello por que los polisacáridos no atacan las células enfermas directamente, sino porque actúan sobre la respuesta inmune del organismo.
La investigación se centra actualmente en Estados Unidos en cánceres de pulmón, estómago, hígado o leucemia, observando que cuando el maitake se toma con la quimioterapia las tasas mejoran considerablemente, y por ello, en varios centros comenzaron en 1998 a aplicar la Fracción D, los compuestos polisacáridos indicados más arriba, e incluso la FDA aprobó la aplicación como nueva droga, actualmente en Fase II en tratamiento de neopasias de mama y próstata. De cualquier modo, hay que decir que las principales investigaciones respecto a los hongos se realizan en centros de investigación japoneses y norteamericanos, y afectan también a otros como el Shiitake (Lentinula edades), Reisi (Ganoderma Lucidum) y el Kombucha, utilizados en China y Japón hace milenios y desconocidos o ignorados por la ciencia occidental junto con el Maitake.