Después de unos meses de relativa calma, el pleito entre Marjorie de Sousa y Julián Gil ha revivido como fuego al que arrojan gasolina. Este sábado los famosos coincidieron en un centro de convivencia familiar de la Ciudad de México, que ocuparon como arena para ventilar ante los medios sus profundas diferencias.
Y es que tras la pasada convivencia del actor argentino con su hijo Matías, la venezolana deslizó la posibilidad de que el padre haya dado un alimento al menor que le provocó una severa enfermedad, por lo que pidió a las autoridades los videos de sus convivencias.
“En los documentos, yo no estoy acusando de que alguien le hizo algo a Matías, en el transcurso de la tarde vi a mi hijo raro, tenía su pancita inflamada, no bebía leche ni té, pudo haber sido cualquier cosa, lamentablemente él (Julián) no conoce los cuidados del niño”, declaró alterada a la prensa Marjorie de 38 años, acompañada de su abogada, Alma Peñón.
A lo largo de dos años, la ex reina de belleza ha hecho todo lo posible por restringir las visitas de Gil al pequeño que concibieron juntos, argumentando preocupaciones por su salud. Tras las negativas del juez a prohibirle las visitas, la madre explotó.
“Han sido muchas humillaciones”, dijo alzando la voz.
Por su parte, Julián Gil lamentó la actitud de su expareja: “tiene mucho odio en su corazón”,expresó.
“Ustedes ven que me parto el cu** trabajando, estas historias las saca como de una telenovela”, agregó exasperado el también empresario de 48 años, al tiempo que negó haberle dado algo de comer a su hijo en las pasadas convivencias.
