La periodista de NBC Mary Emily O’Hara fotografió la cuenta de un restaurante donde se reivindica el papel de los inmigrantes en su cocina. La industria restaurantera, con un 10% de empleados inmigrantes, muchos indocumentados, es especialmente sensible al endurecimiento de las leyes de inmigración. La imagen de la cuenta con la frase ha sido retuiteada 70,000 veces en un día.
Today my breakfast made headlines so that’s fun https://t.co/I8n6bDXSa1
— Mary Emily O’Hara (@MaryEmilyOHara) February 6, 2017
O’Hara se rió ante la ocurrencia y uno de los meseros le dijo que había sido idea del chef, Mark Zimmons, un inmigrante de Nueva Zelanda. «Nos dijo que la mayoría del personal había nacido fuera de Estados Unidos. Es algo muy típico en Nueva York, nuestra gente viene de todas partes del mundo», explica O’Hara a Univision Noticias.
La periodista aún está sorprendida de la cantidad de comentarios y reacciones que su foto ha provocado. «Las reacciones muestran que la gente se apasiona mucho por las políticas de inmigración. Como una nerd de la política creo que es genial. Cuanto más compromiso político, mejor», dice.
Un sector de inmigrantes
Se estima que el 10% de los empleados en restaurantes son inmigrantes, muchos de ellos indocumentados. Durante la campaña presidencial el chef Anthony Bourdain, con 30 años de experiencia en restaurantes, ya advirtió que si Trump deportaba a los inmigrantes indocumentados «todos los restaurantes de Estados Unidos tendrán que cerrar». También dijo entonces que cuando estaba aprendiendo en diferentes cocinas, las personas que más sabían y las que se tomaron el tiempo en enseñarle fueron siempre mexicanas o centro americanas.
No ha sido el único chef en defender la fuerza de trabajo de los inmigrantes en las cocinas estadounidenses.Es bien conocido el litigio entre el chef José Andrés y el presidente Donald Trump después de que el cocinero abandonara el proyecto de montar un restaurante en un nuevo hotel de Trump en Washington. José Andrés argumentó entonces que las palabras antiinmigración del candidato hacían extremadamente difícil conseguir personal hispano, así como proveedores hispanos, convirtiendo el negocio en algo arriesgado y complicado. Días antes de la toma de posesión de Trump, el chef declaró: «Lo ilegal es que los congresistas coman ensaladas cultivadas por indocumentados», haciendo referencia, de nuevo, a los trabajadores inmigrantes detrás de la industria de la comida.
Otra cocinera activista en favor de los inmigrantes es la chef mexicana Cristina Martínez. Su restaurante, South Philly Barbacoa, fue reconocido por la prestigiosa revista Bon Appétit Magazine como uno de los 10 mejores restaurantes nuevos de Estados Unidos. Cristina llegó a Filadelfia en 2009 y siempre ha trabajado en cocinas. Primero para otros, ahora en su propia barbacoa, que regenta con su marido y donde reúne a chefs y trabajadores del gremio para orientarles sobre sus derechos como inmigrantes. Allí organiza cenas para trabajadores indocumentados, como ella, que discuten sobre su situación y a los que asesora con profesionales voluntarios.
Un sector en el que los inmigrantes son muchos y muy necesarios («Jamás en mis 20 años como empleador entró un chico blanco nacido en Estados Unidos para pedir trabajo como portero de noche o como fregaplatos», dijo también Bourdain), y para el que las leyes de inmigración tienen un peso muy considerable, hace con pequeños o grandes gestos esfuerzos para mantener su fuerza de trabajo.
En el momento de escribir estas líneas, el tuit de O’hara tiene ya más de 190,000 me gusta y ha recibido 758 comentarios, curiosamente no todos sobre inmigración. Los precios de la comida están siendo muy criticados por caros. «Me parece triste que la gente me esté escribiendo sobre lo barata que es la comida donde viven. Bien por ellos».
