El Fiscal de Brooklyn Ken Thompson, junto al jefe de Departamento de la Policía (NYPD) James O’Neill, anunció este miércoles el arresto de cinco hombres y tres mujeres quienes recibieron 541 cargos criminales por tráfico de armas compradas en Atlanta, Georgia y Pensilvania, y que luego revendieron en las calles de Brooklyn.
Sobre la operación denominada “Steel Merchant”, el fiscal Thompson dijo que los acusados de conspiración se aprovecharon de la debilidad de las leyes de armas en el sur del país y en otros estados “para llenar las calles de nuestra ciudad de armas de asalto y otras que en las manos equivocadas pudieron haber causado mucho daño a nuestras comunidades”.
Sin estar presente en la conferencia de prensa, el comisionado de Policía Bill Bratton elogió en un comunicado a los miembros de la Unidad de Investigación de Armas del NYPD “cuya dedicación en las pesquisas tomó mucho tiempo y evitó que cien armas fueran distribuidas, salvando vidas en el proceso”.
La Fiscalía de Brooklyn confirmó que el cerebro de la red de traficantes es Michael Bassier (31), quien fue grabado en escuchas telefónicas mientras se vanagloriaba de la facilidad con que tomaba ventaja de las leyes en otros estados para traerlas a Nueva York. Bassier enfrenta hasta 25 años de prisión
“Las estoy vendiendo de la manera correcta e incorrecta al mismo tiempo. Cuando estoy en Atlanta es legal, pero en Nueva York es ilegal”, se oye en una de las conversaciones con una novia interceptadas en la investigación.
Durante la operación encubierta, que duró de septiembre de 2014 hasta septiembre de 2015, se descubrió que Bassier realizó 12 viajes a Atlanta, usando los buses de bajo costo que salen desde Chinatown. También condujo seis veces hasta Pittsburgh.