El papa Francisco celebró la misa de Jueves Santo lavando los pies a once refugiados, entre ellos varios musulmanes, a quienes les dijo que todos «somos hermanos y queremos vivir en paz», tras hacer alusión a los ataques en Bruselas, de los que culpó a los fabricantes de armas.
El papa eligió como escenario el Centro de Acogida para los Solicitantes de Asilo (CARA por sus siglas en italiano) de Castelnuovo de Porto, a las afuera de Roma, donde se alojan 900 solicitantes de asilo procedentes de 25 países, principalmente de África y Asia, reportó Radio Vaticana.
Al igual que como respondió Jesús a los actos del llamado discípulo traidor, el papa realizó el ritual del lavado de los pies a los 11 refugiados y a una trabajadora social. De ellos, cuatro eran católicos nigerianos, tres eran mujeres cristianas coptas de Eritrea, otros tres eran musulmanes de Siria, Pakistán y Mali, y uno era un hindú.
«Somos diversos, somos diferentes, tenemos culturas y religiones distintas, pero somos hermanos y queremos vivir en paz», dijo el papa, en un momento en que la Unión Europa intenta detener la ola de inmigrantes procedentes principalmente de Siria, un país que vive sumido en una guerra civil.
Luego el papa se arrodillo ante cada uno de los refugiados, lavó sus pies, los secó y los besó. Tras un breve silencio, dijo: «Qué bello es vivir como hermanos, con culturas, religiones diferentes»
