Siempre que nos ponemos a régimen y ejercicio ya sea por el verano o para tener un fabuloso regreso a clases o al trabajo nos parece que es más fácil bajar de peso en algunos lugares que en otros, sobretodo en tus zonas problema.
La verdad es que así es. Primero debemos estar consientes que la manera en la que quemamos grasa es totalmente diferente para cada persona y esto tiene mucho que ver con tu perfil corporal y tu composición genética.
Si tienes tendencia a aumentar peso al rededor de la cintura, lo más probable es que primero pierdas peso en tu abdomen. Pero si sientes que tu peso se va por ejemplo a las piernas, puede que sea más complicado perder peso en esa zona.
Muchas veces esto ocurre cuando nuestra dieta está acompañada por un programa de ejercicios, y al trabajar grandes grupos musculares, puedes sentir que esa área sigue igual ya que el músculo tiende a inflamarse después de ejercitarlo los primeros días. Pero no te preocupes porque este efecto pasa rápidamente.
Si tu zona problema es el abdomen, muchas veces el exceso de barriga se deben más a la retención de agua causada por comida chatarra y el consumo de sodio, y por eso al iniciar un plan de alimentación balanceado, esta «gordura» desaparece un poco más rápido.
El otro factor en juego cuando las mujeres queremos bajar de peso es que nuestro cuerpo está diseñado para llevar un bebé. Al menos genéticamente, así es. Y por eso sentimos que la grasa al rededor de nuestras caderas, muslos y trasero no se va, pero podemos ver como las pantorrillas, espalda y hasta el rostro se puede ver más delgado.
Lo importante es que no desesperes y saber que la grasa se pierde en todo el cuerpo y no de manera localizada. Si rebajas las libras que te corresponden, incluyendo en tus áreas difíciles, irás perdiendo también pulgadas. Si estás considerando comenzar una nueva rutina de ejercicios, no te pierdas las ventajas de entrenar en el gimnasio.
Fuente: Imujer