Las propiedades farmacéuticas del ginseng son muchas, y además, contiene otros tantos principios activos tales como los heterósidos, aminoácidos, minerales (cobre, hierro, magnesio, fósforo, calcio, aluminio, cobalto manganeso, cinc, sílice, etc.). También contiene enzimas y estrógenos. Es decir, que se trata de una planta muy compleja y absolutamente beneficiosa para el organismo.
Cuándo consumir ginseng
Su consumo es recomendado en caso de cansancio físico, lo que permite un mejor rendimiento. El ginseng también se utiliza para el cansancio psicológico y el exceso de trabajo intelectual (refuerza la concentración mental, reduce los problemas de memoria, y reactiva la actividad cerebral de forma considerable).
Se recomienda su ingesta durante una convalecencia y para curar la astenia (estado avanzado de cansancio), así como problemas de tensión (favorece la regulación de la tensión arterial), el ginseng permite una rápida recuperación.
Al ginseng se le atribuyen virtudes ansiolíticas, contra la depresión y el malestar. El ginseng posee también efectos revitalizantes en problemas de menopausia y en caso de astenia sexual, puesto que reactiva la espermatogénesis –popularmente, se dice que esta planta estimulante es un excelente afrodisíaco–. El ginseng también es un potente estimulante cardíaco.
Cómo consumir el ginseng
Esta planta es de venta libre en las farmacias, parafarmacias, herbolarios y tiendas de fitoterapia. El ginseng se puede incluso adquirir en grandes superficies, en la zona de dietética y complementos alimenticios.
Habitualmente, en fitoterapia se consume en polvo seco, lo que representa la totalidad de la raíz, y se consume el extracto seco. Las formas en las que se puede consumir el ginseng son variadas: generalmente, se encuentra en forma de cápsulas.
También se puede encontrar en forma de infusión (dosis de raíz seca que se hace hervir y luego se filtra). La planta puede ser administrada igualmente en forma de extracto fluido en ampollas bebibles, también combinado con otros productos naturales como jalea real, miel y otro tipo de plantas.
Finalmente, las cantidades que se pueden consumir, así como la duración de una cura son indicadas en los prospectos y dependen de la dosis ingerida. El farmacéutico es el más indicado para ofrecer este tipo de recomendaciones sobre la posología.
Fuente Otramedicina