Si es cierto que lo que bien empieza bien termina, entonces cada año hay que recibirlo con la mejor actitud. Y, ¿por qué no?, con la mejor “pinta”. “Hay que recibir el año bonito para que así mismo le vaya a uno de bien”, dice la diseñadora Giannina Azar sobre la tradición de vestir de gala el 31 de diciembre para esperar el otro día.
“El año nuevo es sinónimo de glamour”, agrega. Sin embargo, dice que, por tratarse de una gran fiesta que se extiende hasta el amanecer, los vestidos de largos de gran gala deben reservarse para las celebraciones que se desarrollan en finos salones de hoteles, restaurantes o clubes.
Para espacios que requieren mayor comodidad puedes escoger un minivestido o hasta un enterizo o unos pantalones palazos. El toque de fiesta lo añaden un top elaborado y unos accesorios llamativos.
Para una fiesta en la playa o en un resort, la diseñadora recomienda lucir túnicas bordadas y con detalles en pedrería.
En cuanto a colores, hay clásicos que no fallan. Es el caso del negro, el rojo y el blanco. El primero, dice Azar que hay que combinarlo con detalles en otro color o encajes en tonos metálicos para no ser monótonos. Del segundo, comenta que se lleva por estos días en la variante “rojo chino”, mientras que del blanco confiesa que le sorprende su éxito. Otros colores de moda son el azul bola y el morado obispo que destacan por su elegancia.
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BRILLO Y OPULENCIA
Los fuegos artificiales que brillen en el cielo. En la tierra el fulgor lo ponen los accesorios grandes elaborados en piedra. El 31 te está permitido usar los aretes, las pulseras o los collares más llamativos que poseas. Gracias a ellos puedes, incluso, usar un vestido de líneas simples o de tejido poco elaborado, una alternativa nada despreciable considerando que la situación económica no siempre permite adquirir un traje costoso para una sola noche, además de que faltan pocos días para Año Nuevo. Si estás de humor para texturas más rica escoge un top bordado, brocado o con encajes. También están de moda flecos de seda o cristales.