El ozono es considerado como la capa que nos protege de los rayos ultravioletas. Pero, en realidad, se trata de una molécula no tóxica que, aplicada en dosis controladas, posee aplicaciones más directas para la salud o la belleza.
El tratamiento con ozono consiste en aplicar en el cuerpo humano una mezcla utilizando “generadores de ozono”, y que están compuestos por el oxígeno medicinal. Con fines terapéuticos, las formas de administración son diversas, desde intradérmicas, intradiscal o intravenosas.
Un generador de ozono es una máquina de la terapia de ozono hiperbárico que se utiliza para llevar a cabo las sesiones de revitalización en forma automatizada. La sangre entra en la vena con la ayuda de un sistema de bomba precisa, segura y automática de llamada autohemoterapia.
Beneficios de la ozonoterapia
El método de la ozonoterapia está posicionado como una de las últimas técnicas efectivas, para una mejoría significativa en muchos procesos del cuerpo. Se destaca por ser revitalizante, antioxidante, regenerador y por su poder inmunomodulador.
La ozonoterapia se aplica para aliviar los dolores de cabeza o migrañas, mejorar la circulación sanguínea, reducir el colesterol y ácido úrico. También ayuda a activar la circulación sanguínea, reduciendo la celulitis y hasta las várices.
Al mejorar el sistema inmunológico, ayuda por lo tanto a la prevención y cura de enfermedades. Al generar una sensación general de bienestar, aumenta la energía y vitalidad, y mejora el aspecto y la belleza.
La ozonoterapia está dirigida a personas mayores de 25 años que buscan recuperar su equilibrio biológico de manera rápida y eficiente. Con la menor toxicidad posible, rejuvenece y brinda un mejoramiento general.
La cantidad de sesiones que pueda administrarse depende del estado de salud del paciente, su edad y la enfermedad que debe tratarse. Pero el mínimo de sesiones son cinco, que es cuando comienza a notarse alguna mejoría, pero las recomendadas son 10. Los ciclos pueden repetirse cada tres meses.
Fuente: Imujer