Convencido a golpe de críticas y de polémicas de que en ocasiones es más rentable callar que hablar demasiado, hace tiempo que Alejandro Sanz ha optado por el silencio, esperando ese día en que vuelva la armonía y todas las opiniones sean escuchadas. «Procuro medir las palabras, porque al final no quiero formar parte del ruido.
Prefiero formar parte del silencio porque me parece que en el silencio se construyen muchas más cosas que en el ruido», confesó en una entrevista telefónica. En un tiempo en que «cualquier cosa vale para distraerse» y las frases se sacan de contexto y se multiplican, el artista español se ha dado cuenta de que ese ruido que hoy reina «no sirve para nada», excepto para causar dolor.
«Se ha demostrado además hasta científicamente que el ruido es malo, hasta los médicos lo dicen. Mientras no consigamos encontrar la armonía en donde todas las notas puedan sonar y se puedan escuchar, no vamos a poder entendernos nunca», apuntó. Hubo tiempos, recordó el artista, en que estuvo «muy metido en denunciar muchas cosas, y en dar muchas opiniones».
Fueron los tiempos de hablar de la dictadura cubana en su «Labana» o de criticar al hoy extinto presidente venezolano Hugo Chávez hasta el punto de que fue vetado en el país sudamericano. «Después me di cuenta de que lo único que estaba haciendo era formar parte de un ruido del que no quería formar parte, y cuando me dediqué a lo mío, que es hacer música, es cuando más feliz me he sentido», confesó.
Sanz concedió la entrevista desde la capital mexicana, en donde se encuentra actuando como parte de su gira internacional La música no se toca, que pasará por varias ciudades de la República.
Fuente:20minutos