PANAMA (AP) — El propio técnico de Panamá no se lo podía creer. Dos goles de Estados Unidos durante un fatídico minuto en tiempo de reposición terminaron el martes con el sueño de los panameños de pelear un repechaje por el pase a la Copa Mundial de fútbol.
Estados Unidos se impuso 3-2 y destrozó de un golpe a un Panamá que ya celebraba el posible paso a la repesca, después que su ariete Luis Tejada ingresó a la cancha y metió un gol a ocho minutos del final que puso al equipo de casa momentáneamente adelante 2-1.
Si hubiese perdurado ese resultado, en el cierre de las eliminatorias mundialistas de la CONCACAF, Panamá hubiera clasificado al repechaje contra Nueva Zelanda, ya que lo ayudaba la victoria de Costa Rica sobre México 2-1 en San José.
Pero, cuando ya se jugaban los últimos minutos de descuento, Graham Zusi y Aron Johannsson clavaron las dagas que silenciaron a todo un país que soñaba con seguir con vida en pro de su primera clasificación a una Copa del Mundo.
Gabriel Torres abrió el marcador a los 17, mientras que Michael Orozco empató transitoriamente a los 63.
«No quiero hablar del partido todavía, porque no puedo creer lo que pasó», dijo el técnico de Panamá, Julio César Dely Valdés, responsabilizándose reiteradamente por el revés.
«Los jugadores no deben sentirse culpable, pues dieron todo su esfuerzo para sacar el partido adelante», señaló. «Estoy convencido que el dolor y la rabia de los panameños es compresible, porque lo que ha ocurrido es muy duro; le pido disculpas a todos. Hay cosas que a uno como entrenador se nos escapa de las manos».
Panamá terminó en la quinta posición del hexagonal final de la CONCACAF con 9 puntos. Estados Unidos, que ya estaba clasificado y se había consagrado como el mejor equipo de la eliminatoria, sumó 22. Costa Rica (18) y Honduras (15) se adueñaron de los otros dos pasajes directos. México (11) se metió al repechaje gracias al descalabro de Panamá.
Tras el pitazo final, los jugadores panameños estallaron en llanto, como que no podían creer lo que había pasado. El zaguero y capitán Felipe Baloy se quedó cabizbajo en el terreno, secándose las lágrimas.
Los estadounidenses habían avisado que a Panamá no venían a regalar nada y que iban a luchar hasta el final, a pesar de que el choque para ellos era de puro trámite.
«Nosotros vinimos a jugar y lo hicimos hasta el último momento», manifestó el técnico alemán de Estados Unidos, Jurgen Klinsmann. «Lo sentimos por el país, por la gente y por el director técnico».
Obligado a una victoria, Panamá se insinuó más en ofensiva en los primeros tramos, y a los 12 minutos dio un aviso que hizo levantar al público de los asientos cuando el habilidoso Alberto Quintero envió un buen pase al área que Marcos Sánchez no pudo rematar.
De los pies de Quintero nació el primer tanto poco después, cuando habilitó en profundidad a Sánchez que estaba en la boca del área. Este despejó y se la pasó a Torres para que venciera a Brad Guzan con un fuerte disparo.
La celebración estalló en el Rommel Fernández tras el gol, y nuevamente el estadio vibró cuando el público se enteró que en San José el equipo costarricense abría el marcador sobre México.
El partido cayó después en jugadas intrascendentes, aunque fue Panamá el que estuvo más cerca del segundo.
En el complemento, sin embargo, Panamá cedió la iniciativa y fue así como cayó el gol de cabeza de Orozco.
Panamá no reaccionó a ese cachetazo. Costa Rica se ponía nuevamente en ventaja luego de que México le había emparado en el primer tiempo, y los panameños comenzaron a animar al equipo.
El gol no llegaba para Panamá, pese a su asedio. Hasta que Dely llamó al «Matador» Tejada en una busca desesperada por la segunda anotación.
Y Tejada respondió al enviar al fondo de la red un rebote de Guzan a centro del defensa Roberto Chen, quien también acababa de ingresar. Poco después, se produjo el derrumbe panameño con las dos anotaciones estadounidenses.
«Nosotros aprovechamos el espacio que ellos dejaron, atacamos y marcamos, porque… El partido termina con el pitazo final», agregó Klinsmann.
Fue posiblemente el final para una generación de jugadores panameños, entre ellos Baloy, Tejada, el ariete Blas Pérez, el portero Jaime Penedo y el volante Gabriel Gómez, quienes están cerca o sobre los 30 años y no podrán hacer realidad el sueño de ir a un Mundial.
