El Barça se aferra a la Liga. En uno de los clásicos más polémicos que se recuerdan, con el colegiado Undiano Mallenco protagonista absoluto, los azulgrana derrotaron al Real Madrid (3-4) en un partido vibrante, pleno de emoción y con siete goles, pero que será recordado por los tres más que dudosos penaltis y la expulsión de Sergio Ramos.
Pocos clásicos se recuerdan tan locos e imprevisibles como éste, con alternativas y ocasiones en ambos bandos de manera continua. Las sensaciones fueron mejores siempre en el Barcelona, que controló el ritmo del partido aburriendo al Madrid a base de toques y más toques. Los blancos, descolados y demasiado largos, estaban desbordados y perdidos ante los continuos pases de los centrocampistas culés. El desconcierto madridista fue aprovechado rápido por el Barça. Messi recibió solo, se dio la vuelta, vio el desmarque de Iniesta y el de Fuentealbilla no perdonó con un fuerte zurdazo.
El gol noqueó al Madrid, que no encontró en ningún momento a sus centrocampistas y cada jugador se dedicó a hacer la guerra por su cuenta. Y la jugada le salió bien, tener a jugadores de tanta calidad tiene esas cosas. Di María vio claro que había que atacar por la izquierda y su primer desborde a Alves acabó con un fallo clamoroso de Benzema. El dominio culé se pudo haber transformado en un segundo gol, pero Messi falló lo que no suele y el Madrid se desató justo después. Di María volvió a buscar a Alves, le superó de nuevo y Benzema esta vez no falló su remate, cabeceando a la red de Valdés, que casi evitó el gol. Visto la debilidad, el Real Madrid se dedicó a hacer sangre por su banda izquierda ante la impotencia del lateral brasileño.
Otra jugada del argentino, falló en la marca de los centrales del Barça y Benzema de nuevo, a placer, fusiló la meta rival. El Madrid reinó en la locura. El Barça se quedó tocado, y de nuevo el delantero galo pudo haber matado el partido (el pase, del de siempre), pero Piqué sacó bajo palos evitando el tercer tanto. Y en los peores momentos del Barça, apareció Messi al rescate. Combinación culé en el área, balón suelto y el argentino que no perdonó. La tangana tras el gol entre Pepe y Cesc recordó los clásicos más tensos y lo mucho que había en juego. Tras el descanso, se repitió el dominio del Barça, con un Madrid replegado y esperando de nuevo el zarpazo a la contra. Benzema avisó primero y después Cristiano fue derribado al borde del área (ligeramente fuera) y Undiano no lo dudó: penalti. El portugués no falló. El Barça tenía que reaccionar, se le escapaba la Liga, y fue Messi de nuevo el que tuvo que tirar de genialidad. Otro pase fantástico a Neymar y el brasileño cayó ante Ramos, que apenas le tocó. Undiano tampoco dudó: pena máxima, pero esta con expulsión del sevillano. Messi tampoco falló. Contra diez, el Barça monopolizó el balón y se lanzó a por la victoria, era ahora o nunca.
El Madrid, encerrado, miraba el reloj de reojo, rezando porque los minutos pasaran cuanto antes. La figura del árbitro volvió a salir, protagonista absoluto del clásico. Jugada de Iniesta, Alonso y Carvajal chocan con él, y otra pena máxima. Messi marcó y quitó el liderato al Real Madrid. El Atlético mira a todos desde lo más alto.
Fuente:20minutos.