El asma es la enfermedad crónica pediátrica más frecuente y una de las principales causas de admisiones hospitalarias. Sin embargo, una vez que usted aprenda los aspectos básicos, podrá ayudar a controlar el asma de su hijo. Conocer los desencadenantes de su hijo y encontrar los medicamentos adecuados y las dosis correctas puede llevar tiempo.
1. Visite al médico y la enfermera de la escuela.
Cuando a su hijo le diagnostican asma por primera vez, muy probablemente usted verá al médico con más frecuencia. Es posible que le refieran a un especialista en asma (alergista/inmunólogo) para precisar el diagnóstico, en especial si la causa de los síntomas del asma son las alergias.
El médico le enseñará al niño, si éste tiene edad suficiente, a usar los medicamentos para inhalar. Aproveche este momento para conocer también a la enfermera de la escuela y los maestros. Deberían saber que su hijo es asmático y que quizás necesite tomar medicamentos durante el horario escolar.
2. Conozca los desencadenantes y evítelos.
Algunos niños sólo tienen asma con una infección respiratoria viral. Otros tienen síntomas de asma cuando se exponen dentro de la casa al polvo, el polen, el moho y la caspa de las mascotas. Encontrar los desencadenantes de su hijo es la mitad del trabajo. Una vez que sepa cuáles son, es hora de tomar medidas para evitarlos.
Esto tal vez signifique lavar las sábanas una vez por semana, deshacerse de las cortinas o las alfombras o, incluso, dar su mascota en adopción. Identifique los desencadenantes, luego propóngase tratarlos uno por uno. No olvide que los desencadenantes del asma siguen a su hijo a la escuela. Asegúrese de que la escuela de su hijo no presente problemas para el asma. Por ejemplo, la escuela debería ser un ambiente libre de humo, tanto dentro como fuera.
3. Use los medicamentos según las Indicaciones.
Trabaje estrechamente con el médico de su hijo para encontrar los medicamentos adecuados y determinar la frecuencia con que debe tomarlos. Hay muchos medicamentos para el asma que son seguros para los niños.
Tipos de medicamentos. Si su hijo tiene síntomas de asma más de dos veces por semana, muy probablemente necesitará un medicamento de control, así como un medicamento de rescate. Un medicamento de control es un inhalador de corticosteroides o algún otro medicamento para controlar la inflamación y prevenir los ataques de asma. Su hijo debe tomar el medicamento de control todos los días, incluso si no tiene síntomas.
Un medicamento de rescate se toma una vez que comienzan los síntomas, para prevenir que se agraven.
Nebulizador o inhalador. Los bebés y niños pequeños toman medicamentos a través de un nebulizador, que administra una neblina constante que contiene el medicamento. Si su hijo tiene edad suficiente, aprenderá a usar un inhalador de dosis medidas con un espaciador.
4. Siga el Plan de Acción para el Asma.
El Plan de Acción para el Asma es un plan paso a paso por escrito que el médico le proporciona parael control diario del asma. El plan también detalla las instrucciones acerca de qué hacer si los síntomas empeoran.
Hay espacio para escribir los números de contacto del médico, los desencadenantes y las maneras de evitarlos, los medicamentos y las dosis (incluida la cantidad de inhalaciones). El Plan de Acción para el Asma:
Ayuda a controlar el asma de su hijo según los síntomas y las lecturas del medidor de flujo máximo. Usted toma nota de los síntomas, como sibilancias y tos, todos los días. Si su hijo tiene edad suficiente, puede usar un monitor de flujo máximo, que es un aparato portátil que mide el aire que sale de los pulmones. Un valor más bajo de lo esperado puede advertir un ataque de asma horas o incluso días antes de que suceda.
Describe los medicamentos y cómo pedir ayuda. El Plan de Acción está dividido en secciones según la gravedad de los síntomas y los valores de flujo máximo. Es frecuente dividir el Plan de Acción por zonas tomando los colores del semáforo. Usted acepta cumplir su propia serie de instrucciones para cada zona.
La verde es la “zona de seguridad” donde usted desea que su hijo viva todos los días. La amarilla es la “zona de precaución” donde probablemente necesite cambiar los medicamentos de su hijo y probablemente deba comunicarse con el médico. La roja es la “zona de peligro” en la que aparecen síntomas graves y usted debe ir a la sala de emergencias.