La Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, como sociedad científica, reconoce que los implantes faciales se usan para mejorar el contorno facial, ayudar a dar un balance más armonioso a sus rasgos faciales, enderezar la línea de la mandíbula, adelantar un mentón o los pómulos, contribuyendo a balancear el resto de la cara.
Si usted está buscando una mejoría, no la perfección, de su aspecto y es realista en sus expectativas, la realización de un implante facial puede ser la elección adecuada.
Frecuentemente usamos estos implantes para obtener un mejor balance de los rasgos de un paciente joven. Por ejemplo una adolescente puede necesitar remodelar su nariz y adelantar un poco el mentón para que sus rasgos sean más proporcionados.
Los pacientes más maduros generalmente utilizan los implantes en conjunción con otros tratamientos. Por ejemplo, durante un lifting facial los implantes colocados sobre los pómulos contribuyen a una apariencia más juvenil.
Los implantes faciales producen cambios que mejoran claramente los rasgos. Los problemas son infrecuentes pero es preciso informarles de los mismos. En este texto les expondremos los más frecuentes.
Las infecciones pueden presentarse en cualquier operación. Si se presentara alrededor de un implante y no se pudiera limpiar tras el tratamiento con antibióticos, el implante podría tener que ser temporalmente retirado y reemplazado más tarde.
Otros riesgos menos frecuentes pueden asociarse con otros implantes.
Debe estar seguro de que ha comprendido los detalles de la cirugía propuesta, incluyendo el costo y el proceso de recuperación y postoperatorio que se espera. Si la cirugía precisa de alguna incisión en la boca, es importante que sepamos si fuma o si tiene problemas dentales o de encías. En caso de que sea así, su cirujano le informará de los riesgos y del tratamiento que precisa previo a la cirugía.
Al preparar la intervención, debe estar seguro de que le acompañe alguien para llevarle a su domicilio. También debe seguir nuestras indicaciones en cuanto a comidas y bebidas antes y después de la cirugía y también en lo referente a medicación que esté tomando, incluyendo aspirinas y drogas similares.
Este tipo de intervenciones se realiza en centros asistenciales, generalmente en forma ambulatoria. En caso de requerirse, se podrá ingresar al paciente por una noche. Esta recomendación suele estar basada en sus condiciones médicas o bien en caso de realizarse otro procedimiento estético, al mismo tiempo que los implantes faciales.
La cirugía de implantes malares generalmente dura entre 30 y 45 minutos. Cuando los implantes malares se realizan en conjunción con otros procedimientos cosméticos, como lifting facial, lifting frontal, o cirugía de parpados, los implantes pueden ser insertados a través de incisiones hechas con esos propósitos.
En otro caso, se practica una incisión bien por dentro del labio superior o en el parpado inferior.
Tras la cirugía, se aplica un vendaje para minimizar el edema y las molestias. La severidad y duración de estos efectos puede variar, especialmente si se realiza al mismo tiempo otro procedimiento cosmético.
En caso de implantes de mentón, la cirugía igualmente tiene una duración aproximada de 45 minutos a una hora, con incisiones que pueden ser intraorales o por detrás del mentón, igualmente se realiza un bolsillo en donde se colocará el implante y en este caso siempre cuidando de no producir una lesión del nervio mentoniano.
El edema es a veces importante inmediatamente tras la cirugía. Generalmente alcanza el máximo a las 24 o 48 horas. La mayoría de la inflamación severa se disminuye en un periodo de algunos días, sin embargo puede persistir un poco de edema, que no permita apreciar el contorno facial final hasta algunos meses después.
Durante la fase de curación, sus actividades y dieta estarán restringidas. Su capacidad para sonreír, hablar o mover la boca, puede estar un poco limitada durante algunos días o semanas tras la cirugía. Su cirujano le informará acerca de las medidas de higiene oral y dental durante su recuperación.