Mariah Carey fue demandada por una empleada de nombre Ylser Oliver, quien acusa a la cantante de explotación laboral.
Oliver declaró que su patrona la hacía trabajar hasta 16 horas, sin darle permiso de descansar, e incluso ni de comer, además de que no recibía una retribución económica extra por sus servicios.
La empleada estaba encargada del funcionamiento de la casa de Carey, que se ubica en el barrio de Tribeca, en Nueva York, donde además atendía todos los asuntos personales de la intérprete, desde contestar su teléfono, hacer sus maletas cuando viajaba y atender a sus familiares y amigos.