El trastorno depresivo consistente, también conocido como distimia, es un problema que padecen muchas personas en todo el mundo. Está relacionado con problemas en el estado de ánimo y la voluntad. En esta entrega te contamos en detalle qué es la depresión crónica y su tratamiento.
Características de la depresión crónica
Según la definición ofrecida por los médicos, un grave cuadro de depresión puede afectar a una persona adulta como mínimo 2 años, y a los adolescentes y niños 1 año. Las familiares y amigos de las personas que padecen depresión crónica, suelen confundir los síntomas como parte del carácter y la personalidad de la persona.
Los síntomas de la depresión crónica más comunes son los cambios bruscos de ánimo, o bien por períodos prolongados de tristeza, llanto, falta de voluntad, desgano, sueño excesivo y otros trastornos.
Además, los que padecen de depresión crónica sufren de baja autoestima, de poca capacidad para disfrutar de cualquier evento de su vida, están siempre cansados y sin ganas de hacer nada, piensan que son fracasados en general y hasta puede que renuncien al trabajo o dejen de estudiar o practicar deportes. No encuentran placer en las actividades que realizaban antes y a su vez, aumentan los complejos y la apreciación sobre uno mismo.
Causas de la depresión crónica
Los estudios aún no han precisado sobre las razones por las que se genera este trastorno, pero identifican como posibles causas los traumas, problemas laborales o sentimentales, conflictos de intereses, falta de apoyo familiar o social, aislamiento, introversión, picos de estrés o hasta por herencia.
Es más, se cree que algunas personas son más vulnerables a padecer depresión crónica o distimia y que la enfermedad “espera una ocasión o evento para despertar”.
¿Cómo se trata la distimia?
Si bien es una enfermedad crónica, lo cierto es que puede ser tratada. El diagnóstico precoz de la distimia es lo más importante y la consulta con el psiquiatra o psicólogo puede ser realmente útil.
El tratamiento de la distimia puede reducir la intensidad y la duración de los síntomas y hasta disminuir las posibilidades de desarrollar un cuadro aún mayor, con pensamientos suicidas, por ejemplo.
Los médicos suelen utilizar la psicoterapia, es decir, la terapia de la conversación, que se combina con la ingesta de antidepresivos o ansiolíticos. En las sesiones el paciente hablará de sus miedos, sus tristezas, sus traumas, sus problemas, hasta encontrar una solución.
Fuente Imujer