Existen numerosos tratamientos y medicamentos que pueden ayudarnos a rejuvenecer nuestra piel.
Todos recordamos el botox y la sensación de inexpresividad que dejaba a las personas que se lo inyectaban. El botox paralizaba algunos músculos y daban un aspecto muy raro y poco agradable. Es por ello que los científicos optaron por buscar un sistema distinto que permitiese conseguir un efecto más natural y limpio.
De ahí nace el mesobotox, que es una combinación de botox con mesoterapia que logra esos resultados que se buscaban. La diferencia es que en esta ocasión se añade la misma toxina botulínica pero en este caso se combina con la mesoterapia.
No obstante, la aplicación del botox se reduce a zonas más localizadas y se aplica en capas más superficiales de la piel.
Por supuesto, siempre antes de optar por algún tratamiento de este tipo es imprescindible acudir a un centro especializado para ser atendidos por profesionales titulados que nos podrán dar una garantía de resultados mucho mayor. El error en estos casos suele ser el guiarse por los precios. El optar por precios muy bajos nos puede llevar a tratar con una persona que no está suficientemente cualificada para realizar estos trabajos, por lo que los resultados finales pueden llegar a ser catastróficos y muy difíciles o imposibles de arreglar.