La miel es fabricada a partir del néctar que las abejas recogen de las flores. Esencialmente, está compuesto de azúcares y aminoácidos. Este producto es rico en oligoelementos y contiene polen y antibióticos naturales. La miel es un alimento particularmente energético: con 350 kcal por cada 100g. Se trata de un medicamento alternativo eficaz para combatir el cansancio físico o intelectual.
La miel es ideal para deportistas, convalecientes o personas con carencia nutricional. Existen muchos tipos de miel, como la miel de eucalipto, de litchi o de tomillo. Sus propiedades varían en función de su tipo. Entre las muchas virtudes, está la de ser un buen cicatrizante, antiséptico y digestivo. La miel se consume de forma oral, o se aplica localmente sobre una herida o una quemadura.
La jalea real en la apiterapia
La jalea real es secretada por las glándula cefálicas de las jóvenes abejas. Aparece en forma de líquido viscoso, que va del blanco cremoso al amarillo pálido dorado. Se compone en un 70% de agua, contiene aminoácidos esenciales y vitamina B. La jalea real contiene igualmente glúcidos, así como minerales.
Se produce en la colmena y es un revitalizante excepcional. Ayuda a controlar el estrés por el hecho de que es un nutriente adaptógeno. Su uso es muy aconsejable en mujeres embarazadas, personas estresadas o convalecientes, así como para aquellos que necesitan hacer grandes esfuerzos físicos y/o intelectuales. La jalea real se consume de forma oral, y normalmente la cura dura unas semanas.
La jalea real se vende en grandes superficies, en tiendas de productos bio, o por apicultores. Antes de tomarla, se aconseja consultar con un médico puesto que puede crear reacciones alérgicas.
El polen en la apiterapia
El polen es otro producto de la apiterapia, fabricado a partir del polvo de las etaminas de las flores, recogido por las abejas. La composición del polen consta de azúcares, proteínas y lípidos insaturados. También contiene vitaminas del grupo B, C, D y E, además de selenio, enzimas y sustancias antibióticas. Desprende un aroma que varía en función de las flores de procedencia.
El polen es conocido por sus virtudes tonificantes. Igualmente, es un buen aliado para estimular el apetito. Finalmente, se recomienda para hombres con problemas de próstata.
En resumen, este producto se consume generalmente por vía oral, en curas que van de las tres a las seis semanas. Es importante saber que este producto no está contraindicado en personas que son por lo general alérgicas al polen.
Fuente Imujer