Nueva York, EFE.- Richard Rockefeller, uno de los bisnietos del legendario empresario estadounidense John D. Rockefeller, falleció ayer después de que la avioneta que pilotaba se estrellara a las afueras de la ciudad de Nueva York.
“Es una tragedia horrible. Los familiares están conmocionados y muy apenados porque era un piloto muy experimentado”, confirmó en un escueto comunicado el portavoz de la familia, Fraser Seitel, a los medios de comunicación.
En una mañana nublada y de fuertes lluvias intermitentes en la zona, el pequeño avión monomotor salió del aeropuerto del condado de Westchester rumbo a Falmouth (Maine), pero se estrelló unos minutos después de la maniobra de despegue por causas aún desconocidas.
“La avioneta llegó a alcanzar los treinta metros y siempre estuvo en contacto con la torre de control. Pero en un momento giró sobre sí mismo y terminó estrellándose”, dijo uno de los controladores al periódico local New York Post.
El aparato se estrelló hacia las 08.25 horas (12.25 GMT) contra un establo en una finca cerca de White Plains, la capital del condado, y a muy poca distancia del campus de la universidad estatal de Nueva York (SUNY) en Purchase.
El responsable del aeropuerto, Peter Scherrer, dijo al periódico Daily News que Rockefeller, un usuario habitual del aeródromo, decidió despegar a pesar del mal tiempo en la zona que llevó a cancelar varios vuelos a primera hora de la mañana.
Hasta el lugar del accidente se trasladaron policías locales y estatales además de un grupo de investigadores de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) para determinar las causas del siniestro.
Rockefeller, de 64 años, regresaba a su casa de Maine después de haber participado en el 99 cumpleaños de su padre, David Rockefeller, el miembro de mayor edad del poderoso clan, según publicaron otros medios.
Médico de profesión, Richard Rockefeller trabajó casi veinte años en un hospital de Portland antes de entrar a forma parte de Médicos Sin Fronteras, donde fue presidente de la junta de asesores hasta el año 2010.
El patriarca del clan se convirtió en el titán de la industria petrolífera a los 40 años y el hombre más rico de su tiempo, posteriormente creó la fundación filantrópica que lleva su nombre, una de las mayores del mundo con activos que rondan los 3.500 millones de dólares.
