La meditación puede ser definida como una técnica de relajación del espíritu. Se da una integración total del espíritu en un vacío completo de reflexión profunda en un sujeto bien preciso. En otros tiempos, el espíritu podía entrar en un estado secundario de casi concentración con el fin de desprenderse de las trabas físicas y morales de la vida real.
La finalidad buscada es la de alcanzar un grado de serenidad y de concentración que pueda permitir reflexionar profundamente sobre un tema y comprometer verdades imperceptibles en estado normal. La meditación puede revestir diversas formas, en función de quien la practica y en función de sus convicciones, religión y otras formas de pensamiento. Los aspectos religiosos y culturales predominan en la meditación, puesto que su práctica procede de los antiguos monjes budistas o de los brujos chamanes de las civilizaciones indias antiguas.
Meditación, un viaje espiritual de autorrelajación
Desde hace más de 3000 años, el aspecto sagrado y cultural de la meditación se ha perpetuado de generación en generación, gracias a las religiones de las que procede. Pero actualmente, la meditación se parece a una simple medicina suave o a una práctica mística que no suscita más que curiosidad. Entre las diversas formas que puede tomar la meditación, se puede citar el simple hecho de la autorrelajación de espíritu, haciendo el vacío en uno mismo, y aislándose en un marco silencioso.
Practicar la meditación
La meditación tiene el mérito de ser fácil de poner en práctica y ser accesible en todo momento del día. Cada cual conoce su propia persona y está al corriente de las posiciones o de los pensamientos que calman su espíritu.
Sólo basta con vaciar el espíritu y pensar profundamente en un tema que sea importante, teniendo cuidado de no ser molestado en medio del viaje espiritual.
La meditación por sí misma consiste en una autorregulación del espíritu y del cuerpo. En términos científicos, la meditación en sí misma consiste en una autorregulación del espíritu y del cuerpo, cercana a una relajación muscular o a un biofeedback. Aparte de esta forma personal y exclusiva, encontramos evidentemente la forma espiritual y religiosa de la meditación, que está unida a una religión o modo de pensamiento preciso.
Es este aspecto espiritual el que exige un real aprendizaje y un perfecto conocimiento de los método de meditación, que se adquieren tras una formación junto a un guía espiritual.
Fuente Imujer
