Muchas personas piensan que saltarse una o varias comidas puede ser la receta para el éxito de la pérdida de peso. Y sí, muchas veces después de un tiempo sin comer «sientes» como la ropa te queda más ancha y los números bajan en la balanza. Pero todo esto es una sensación casi fantasiosa y te contamos por qué.
Incluso si eres joven y saludable, saltarte las comidas en cualquier período prolongado de tiempo puede conducir al a la debilidad y fragilidad. También hay un montón de investigaciones que demuestran que saltarse las comidas aceleran la pérdida muscular. Y al perder músculo, la quema de grasa se hace cada vez más lenta.
Y no sólo eso, la falta de comida crea en el cuerpo un estado de deshidratación que hará que sí te sientas, y hasta te veas, más delgado por un periodo de tiempo. Pero esta pérdida no es sostenible con el tiempo y cuando vuelvas a consumir alimentos, tu cuerpo recuperará lo perdido a alta velocidad. Tanta velocidad como la comida que te comiste.
Y recuerda esto, estamos consientes que para perder peso tienes que comer menos, pero eso no significa eliminar todos los alimentos de tu dieta, ni un grupo alimenticio y menos una comida completa. Si cortas demasiado tus calorías, el cuerpo empieza a buscar energía de donde pueda, porque el necesita energía para seguir funcionando.
Y así como tu cuerpo quema la grasa como fuente de energía primaría, también usa tu preciado músculo, que es el que básicamente te ayuda a realmente quemar más grasa. Porque el músculo es metabólicamente desgastante. El hace que tu cuerpo trabaje todo el tiempo, el músculo por si sólo, para trabajar, debe quemar calorías. Y si no hay comida, es mejor degenerar los músculos esos que le dan tanto trabajo a tu cuerpo.
Además el cuerpo usa las calorías que le estés dando y guarda lo que no puede metabolizar como energía para otros momentos, y esto es en forma de grasa. Por eso es importante que la dieta sea balanceada, que tenga muchos nutrientes y que no sea una dieta donde te saltes comidas simplemente para «perder peso».
Fuente: Imujer
